El Card. Aós al presidente chileno: "Aunar las voluntades en proyectos y causas comunes"

  • 14 de marzo, 2022
  • Santiago (Chile) (AICA)
"Buscamos un Chile donde todos convivamos respetándonos, escuchándonos, dialogando, colaborando, cuidando especialmente a los más pobres", expresó ante el flamante mandatario Gabriel Boric.

El primer mandatario chileno Gabriel Boric y otras nuevas autoridades del país participaron en la catedral de Santiago de la plegaria interreligiosa "Oración por Chile", tradicional en el inicio del mandato presidencial. 

El arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), cardenal Celestino Aós OFMCap, se dirigió a los presentes a partir de la parábola de la vid y los sarmientos, una figura que cobra mayor relevancia en un país lleno de viñedos.

En sus palabras, purpurado chileno afirmó que “los creyentes de las distintas religiones sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestros pueblos” y agregó: "Un Dios que 'nos ha dado unos derechos que el Estado debe reconocer y respetar', haciendo una llamada a la convivencia entre hermanos".

“Queremos y buscamos un Chile donde todos convivamos respetándonos, escuchándonos, dialogando, colaborando, cuidando especialmente a los más pobres y utilizando responsablemente la naturaleza”, enfatizó.

Siguiendo la parábola de la Vid, el cardenal Aós llamó a preguntarse a cada uno si “he venido a compartir la vida, agradezco lo que me dan y ofrezco lo que yo tengo”, e insistió: “No necesito ni puedo maltratar, despojar a nadie para florecer yo. Que todos, todos, tengamos vida. La exclusión no es camino. Una familia, una sociedad donde uno o unos pocos disfrutan mientras otros sufren caminan hacia el conflicto y la desintegración. Una sociedad es sana y buena cuando todos disfrutan de la vida, aunque a algunos se les exijan sacrificios”.

El purpurado trasandino llamó a entender que “no podemos esperarlo todo de los gobernantes, sino que cada uno de nosotros es responsable del bien de todos”, criticando a los chilenos que no respetan “las medidas sanitarias para combatir la pandemia” y a quien “recurre a la violencia para conseguir sus objetivos”.

En ese sentido, hizo ver que “el hecho de creer en Dios y de adorarlo no garantiza el vivir como a Dios le agrada”, un Dios que nos debe llevar a “ver a los demás, pobres, enfermos, inmigrantes, etc. como hermanos”, al encuentro, a afirmar que “en Chile no sobra nadie", uniendo fidelidad y amor a los hermanos y hermanas.

Por eso el cardenal Aós pidió por el nuevo presidente y los gobernantes: “Que Dios ilumine sus mentes para que conozcan lo que es bueno y lo que es malo, lo que es justo y lo injusto. Y para que puedan trabajar por lograrlo y aunar las voluntades en proyectos y causas comunes”.

Desde ahí el arzobispo de Santiago llamó "a cuidar de los más débiles y pobres, a entender que 'no es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida', a ser samaritanos, a vivir la corresponsabilidad que genera nuevos procesos y transformaciones". Teniendo en cuenta episodios vividos en los últimos años, que el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile definió como "la cara sucia de nuestra Patria", insistió en que "sembrar violencia es retroceso", relatando situaciones que provocan sufrimiento, especialmente entre los más débiles y vulnerables.

Destacó además “la cara hermosa de un Chile esforzado, noble, solidario, con ganas de renovación y crecimiento”, y afirmando las legítimas diferencias dijo que "necesitamos buenos gobernantes, definiendo al político como 'un hacedor, un constructor con grandes objetivos, con mirada amplia, realista, pragmática, más allá de su propio partido y aún más allá de su propio país', como 'un servidor de la Nación', llamado 'a preocuparse de la fragilidad de los pueblos y de las personas', evitando la 'cultura del descarte'".

El purpurado llamó a “fomentar una mística de fraternidad, y al mismo tiempo una organización social más eficiente”, a la práctica de la caridad para superar la miseria, a que los políticos fomenten la generación de trabajo, a asumir “renuncias que hagan posible el encuentro”, a buscar la vida para todos y ocuparse principalmente de los más débiles. También a conquistar el amor, la justicia y la solidaridad, a construir la paz social, insistiendo en que “Chile nos necesita como artesanos de paz, como ejemplos de diálogo, dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”, evitando venganzas.

Finalmente, el cardenal Aós le hizo ver al nuevo presidente que “siempre estaremos rezando por usted y por nuestras autoridades”, afirmando que “quien está en el gobierno tiene la responsabilidad de conducir al país, de procurar que haya vida en todos, que vayan creciendo los frutos de bondad. El gobernante es responsable de la vida del país”, algo que va más allá de la economía, que debe llevar a pensar como familia humana.+