Con la Luz de la Paz de Belén, rezaron en San Isidro por los hermanos de Ucrania

  • 11 de marzo, 2022
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
En un acto celebrado en la parroquia Santa Olga, de la Eparquía Greco-Católica Ucraniana, la comunidad de San Isidro se unió en un gesto de oración por la paz.

En un gesto concreto de oración por la paz, los scouts de la Zona 5, de la diócesis de San Isidro, llevaron la Luz de la Paz de Belén a la parroquia Santa Olga, de la Eparquía Greco-Católica Ucraniana, que se encuentra en la localidad de Villa Adelina. 

La oración por la paz, al amparo de la luz traída del lugar del nacimiento de Jesús, contó con la presencia del obispo eparca, monseñor Daniel Kozelinski Netto,  el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Guillermo Caride, los sacerdotes Alejandro Alcaraz y Luis Ayerza, Adriana Cham de Wasylyk, presidente de Plast (Scout ucranianos), las Hermanas Basilianas, fieles ucranios, comunidad vecina y muchos jóvenes y niños.

La meditación de la oración "Señor, hazme un instrumento de tu paz", tomando las frases que la componen, fue guiada por jóvenes, adultos, consagradas, sacerdotes y obispos. Luego de cada meditación se encendía una nueva vela, tomando el fuego de la Luz de Belén. Las canciones que completaron las meditaciones fueron guiadas por Marcela Mónaco. 

La coordinación de la jornada fue llevada a cabo por la hermana Mónica Jaciuk OSBM, por iniciativa del padre Alejandro Alcaraz y la colaboración de Adriana Cham de Wasylyk y Eugenia Lytwyn.   

Dirigiéndose a los presentes, la hermana Mónica dijo: “Nos reúnen actitudes que agradan a Dios como la misericordia que  en el oriente es entendida como empatía: ese sentir de Dios con sus criaturas y ese sentir nuestro con el otro. Hoy sentimos el dolor de nuestros hermanos en Ucrania y allí donde están los que escapan".

"Nos reúne el deseo de pedir la paz, porque no queremos la guerra ni los frutos amargos que toda guerra trae como el dolor, el odio, la venganza. Necesitamos la paz territorial, social y la paz del alma. Queremos ser instrumentos de paz. Y porque la paz es don de lo Alto, nos reunimos para rezar en comunión, como una gran familia católica”.

La jornada concluyó con la canción Bojoñ Meru (fuego de paz), la oración Borre Belekey Iedene (Dios grande y único), el Himno Ucraniano y la bendición de monseñor Kozelinski.+