Cáritas amplía su labor para asistir a los desplazados ucranianos

  • 8 de marzo, 2022
  • Varsovia (Polonia) (AICA)
Cáritas de toda Europa oriental están trabajando para salir al encuentro de miles de refugiados que huyen de Ucrania, proporcionándoles alimentos, medicinas y alojamiento temporal.

Poco más de una semana después del inicio de la guerra en Ucrania, el Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) informó de que más de 1.045.459 personas huyeron a los países vecinos, como Polonia, Eslovaquia, Hungría, Moldavia, Rumania y Bulgaria, con la esperanza de encontrar seguridad para ellos y sus seres queridos, en una época de intensa violencia e incertidumbre.

En respuesta, el personal y los voluntarios de Cáritas de Europa oriental están trabajando, sin descanso, para salir al encuentro de miles de refugiados que huyen de Ucrania, proporcionándoles alimentos, medicinas y alojamiento temporal, a pesar de una situación altamente volátil y peligrosa.

“Hay que hacer algo para detener esta tragedia”, afirma Zlata, una fotógrafa de Kiev que se despertó con el sonido de una explosión en la mañana del 24 de febrero. Ella es una de los 400.000 refugiados ucranianos que huyeron a Polonia, escapando del peligro de los destructivos ataques aéreos y continuos combates en el país, tras la invasión. Cáritas Polonia estuvo coordinando estrechamente con el gobierno, las ONG y sus colaboradores diocesanos locales. También se instalaron “Tiendas de la esperanza” en los pasos fronterizos de Przemysl, Zosin, Hrebenne, Lubaczow y Dorohusk, donde los que llegan tienen la posibilidad de descansar, recibir comida, té, café, ropa de abrigo, artículos de higiene y medicamentos.

En Eslovaquia, unos 70.000 ucranianos cruzaron la frontera y el personal y los voluntarios de Cáritas de cuatro diócesis se están preparando para coordinar su respuesta y hacer frente a la crisis de refugiados.

Mientras, en la vecina Rumania, donde la policía fronteriza informó de la entrada de 45.000 refugiados procedentes de Ucrania, Cáritas sigue estableciendo una serie de centros de refugiados en varias ciudades, para ofrecer alojamiento, comidas y transporte a los beneficiarios. Caritas Rumania también invita a los refugiados a permanecer vigilantes, ante las personas que proponen transporte y alojamiento privado a los refugiados. Hubieron indicios de que la delincuencia organizada está activa a ambos lados de la frontera y el riesgo de tráfico de personas es alto.

Cáritas Moldavia está trabajando con las autoridades locales y las parroquias para llegar al mayor número posible de los 65.000 refugiados que cruzaron la frontera, ofreciendo alimentos, agua, paquetes con artículos para la higiene, así como asistencia social y emocional a cientos de personas, especialmente mujeres y niños, en los centros de refugiados del gobierno en Chisinau, Ocnita y Palanca. El personal y los voluntarios de Cáritas esperan abrir centros de crisis en otros lugares, según las necesidades y la capacidad.  

Cáritas República Checa también se está centrando en ayudar a los refugiados de Ucrania. El número de refugiados en el país es de unos 25.000, pero seguirá aumentando en los próximos días. Ya antes de esta crisis, había muchos inmigrantes ucranianos en la República Checa. Ahora se están haciendo esfuerzos para facilitar la reunificación con las familias que huyeron de Ucrania.

Cáritas República Checa distribuye alimentos y ropa, pero también otros artículos, como cargadores de teléfonos móviles, teléfonos celulares y tarjetas SIM. También está ayudando a los refugiados a encontrar un alojamiento seguro. El personal de Cáritas también está ayudando a los refugiados a solicitar visados y algunos documentos que necesitan. Los centros de asesoramiento para extranjeros están trabajando intensamente y se centran especialmente en los ucranianos.

Cáritas Hungría, en colaboración con las Cáritas diocesanas de Nyíregyházi y Debrecen-Nyíregyháza, está acogiendo en la frontera de Barabás-Mezkaszony a las personas que huyen de Ucrania, para que pueden descansar en un lugar abrigado hasta que sus familiares vengan a recogerlos o lleguen a una estación de recepción, desde donde se les dirige al alojamiento. Entre los refugiados hay ucranianos, pero también personas de otras nacionalidades que estaban en Ucrania cuando estalló la guerra.

Mientras tanto, el personal y los voluntarios de Cáritas Bulgaria, a través de sus tres oficinas diocesanas de Sofía, Rusa y Vitana, están apoyando a las familias, las mujeres y los niños que llegan a sus fronteras, con alojamiento, alimentos y artículos de higiene, y asistencia psicosocial.

Más información www.caritas.org.+