Mons. Barba: "Permanentemente necesitamos limpiar nuestro corazón"

  • 4 de marzo, 2022
  • San Luis (AICA)
El obispo de San Luis relacionó el evangelio dominical del Tiempo Ordinario, con el comienzo de la Cuaresma que convoca a la conversión. Especialmente, resaltó la vida silenciosa de Jesús en Nazaret.

El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, celebró en la catedral puntana la misa del VIII domingo durante el año. En el momento de la homilía comenzó narrando una anécdota de su niñez: "Me hicieron estudiar cerámica. Recuerdo que era muy aburrido amasar la cerámica. El secreto era que si uno no amasaba bien, podía quedar un globito de aire, y cuando estaba en el horno, ese aire explota y rompe la pieza". 

Con relación a esto, expresó que "el horno pone a prueba los brazos del alfarero. Lo que va a demostrar es si había amasado bien o no. Y cuando uno ve una pieza de cerámica nadie va a pensar que llevó mucho tiempo de amasar. Para llegar a una buena pieza hay mucho trabajo de silencio que no se ve, que nadie va a ver y que ese trabajo previo fue el que sostiene todo lo demás".

El prelado comparó esta anécdota con la vida silenciosa de Jesús en sus 30 años de vida en Nazaret y destacó "la importancia que habrá sido el tiempo de la Sagrada Familia que acompañó 30 años a Jesús, enseñándole las cosas básicas humanas. Jesús aprendió como hombre, es plenamente hombre. La niñez de Jesús fue como la de cualquier niño". 

En ese sentido, destacó que "después de esos 30 años de silencio Jesús tuvo una vida pública muy corta y en tres años cambió la historia". 

Luego, resaltó el mensaje del Evangelio: "De la abundancia del corazón habla la boca. Si no vamos cargando nada en nuestro corazón, no vamos poniendo nada importante. ¿Qué va a salir de nuestra boca, si nada alimentamos en nuestro espíritu?", reflexionó.

Por tal motivo, monseñor Barba exhortó a dar testimonio "para que Dios obre en nosotros", y se refirió al tiempo de Cuaresma, "que es un tiempo de conversión", e invitó a aprovecharlo. 

Para terminar, expresó: "Permanentemente necesitamos limpiar nuestro corazón de lo que va oscureciendo el brillo que tiene que tener la mirada de Jesús, porque está Dios en el corazón". +