España: Granada celebró la beatificación de los 16 mártires

  • 26 de febrero, 2022
  • Granada (España) (AICA)
"Su santidad es una gracia para toda la Iglesia", dijo el Card. Marcello Semeraro al presidir la misa de beatificación de Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros asesinados en 1936.

El cardenal Marcello Semeraro, prefecto para las Causas de los Santos, presidió este sábado 26 de febrero la misa de beatificación en la ciudad de Granada, España, de los 16 mártires que fueron asesinados por odio a la fe en la década de los años 30 del siglo XX.

Los nuevos beatos, Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros suyos, sacerdotes de la diócesis de Granada en su mayoría, murieron asesinados entre julio y septiembre de 1936 como resultado de la persecución religiosa en la que sufrieron personas, edificios e instituciones católicas.

Durante la homilía el cardenal Semeraro quiso expresar un mensaje de agradecimiento “porque los santos –todos los santos– son un don de Dios. No es, por tanto, la santidad una conquista humana, sino un don que recibimos del Señor”.

“Los mártires que hoy honramos y veneramos, como tantos otros de esta maravillosa tierra, dieron su testimonio de Cristo soportando grandes penalidades y sufriendo la muerte misma en el contexto, de carácter anticristiano, de los trágicos y dolorosos acontecimientos. Los sacerdotes y los fieles que hoy han sido beatificados fueron, desde el inicio, señalados como «mártires de Granada», ya que en su causa de beatificación se vieron pronto involucrados los arzobispos de esta Iglesia y todo el pueblo cristiano de Granada”.

El prefecto para las Causas de los Santos pidió que el “ejemplo de fidelidad a Cristo que encontramos en el sangriento fin de la vida de los nuevos beatos sea, entonces, premisa y promesa de una nueva siembra. Surja de ella el grano suficiente para comenzar una gran multiplicación del pan, para saciar el hambre de la multitud de los hombres. La santidad de los mártires, de hecho, no es nunca un hecho del pasado; es siempre, al contrario, una gracia para la Iglesia”.

Al final de la homilía, el cardenal recordó que los mártires de Dios “son los que nos guían, los que nos ayudan a mirar nuestra propia vida. No debemos, por tanto, tener miedo de mostrarles nuestras enfermedades, porque ellos mismos, aún habiendo conseguido la victoria, experimentaron la fragilidad humana”.

Ruegan, por la intercesión de los nuevos beatos, por el don de la paz
Al final de la celebración eucarística, el arzobispo de Granada, monseñor Francisco Javier Martínez Fernández, dedicó unas palabras a los 16 mártires que acababan de ser beatificados: “Contar con 16 nuevos beatos en nuestra Iglesia particular no es simplemente un honor para la diócesis y los lugares en los que nacieron, ejercieron su ministerio o dieron la vida. Mejor dicho, claro que lo es, y grande, para todos nosotros, y para sus familias también. Pero además de un honor ellos son sobre todo una gracia que el Señor nos hace y una fuente poderosa de intercesión”.

El arzobispo pidió además que esta intercesión es “tanto más necesaria en este momento, cuando una nueva guerra –esa horrible derrota de nuestra humanidad– acaba de estallar en Europa. Les pedimos a los nuevos beatos que intercedan ante el Señor y que obtengan para los países implicados en esta guerra y para todo el mundo el don de la paz y de una convivencia basada, no en intereses políticos o económicos, sino en nuestro común reconocimiento como hermanos, hijos del mismo Dios”.

“En un tiempo como el nuestro, en el que el sentido y el significado de la vida humana están tan confusos, y son objeto de tantos tanteos desorientados en medio de la niebla, ellos muestran con la nitidez de un día claro de primavera, en la sencillez de sus vidas y de sus muertes, cuál es el significado de la vida, qué es lo que hace posible -o mejor, quién hace posible- vivirla con alegría y esperanza”, dijo el arzobispo.+