Mons. Lozano: Caminar hacia el jubileo del 2025 con esperanza y fraternidad

  • 20 de febrero, 2022
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Celam compartió su reflexión semanal que dedicó a reflexionar sobre el Año Santo convocado por el Papa para el 2025.

“Estamos en camino, que no es poco”, titula el arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) monseñor Jorge Eduardo Lozano, su reflexión semanal dedicada al Jubileo del año 2025 convocado por el papa Francisco con el lema “Peregrinos de la Esperanza”.

“Una vez escuché a un sacerdote decir que ‘en el camino de la fe detenerse es retroceder’. La vida es un camino que transitamos, muchas veces con alegrías; pero sabemos que no estamos libres de sufrimientos y contradicciones”, explica el arzobispo al inicio de su reflexión.

Y añade: “Se puede intentar vivir en piloto automático, sin mirar más allá. Pero más tarde o más temprano no podemos esquivar cuestionamientos cuyas respuestas marcan a fondo. ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Adónde quiero llegar? ¿Qué camino tengo que transitar para alcanzar la meta que anhelo?”

El arzobispo de San Juan de Cuyo recordó que hace pocos días el Papa anunció la convocatoria a un Jubileo en el año 2025. “Cada 25 años -explicó- celebramos un Jubileo, Año Santo. Es oportunidad de purificación de la vida y gozo en la misericordia”.  

Sobre este jubileo el prelado compartió que “si bien falta mucho”, citó algunos párrafos de la carta del papa Francisco convocando al Jubileo.

“Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos fue dada, se lee en la carta del Papa, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza.”

Monseñor Lozano señaló que “la esperanza es don y horizonte”. “Es don porque Francisco nos dice que ‘nos ha sido dada’ y San Pablo nos dirá que ‘la Esperanza no quedará defraudada porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado’”.

De ahí que el arzobispo sanjuanino resaltó que la esperanza “es horizonte porque nos pone en camino, no la poseemos plenamente. Nos alienta la memoria, la oración, la comunidad. No es una actitud individual. Hablamos de la esperanza de un Pueblo, de la Iglesia. Somos peregrinos; todavía no hemos llegado”.

Asimismo, el arzobispo subrayó que el papa Francisco ubicó este llamado al Jubileo en el contexto de la pandemia, mencionando que “en los dos últimos años, no hubo país que no haya sido afectado por la inesperada epidemia que, “además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, cambió también nuestro estilo de vida”.

Citando al pontífice nuevamente: “El mundo nuevo que soñamos será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna”.

“No se trata de una fuga intimista para alejarnos del mundo”, advirtió monseñor Lozano, sino que “la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente.”

“Uno de los signos del Jubileo -concluyó el arzobispo- es la apertura de la Puerta Santa que nos marcará el inicio de este tiempo cargado de sentido”.

Por último, monseñor Lozano compartió con los fieles de su diócesis dos acontecimientos vividos en los últimos días: su audiencia privada con el Santo Padre el miércoles 16 de febrero, en la que “le transmití el afecto y las oraciones de todo el Pueblo de Dios. Al despedirme le pedí me regalara su bendición para San Juan, mi familia, mis amigos y todos los que guardo en el corazón” y el reconocimiento, por parte del Santo Padre, de las virtudes heroicas del cardenal Eduardo Francisco Pironio. 

“¡Qué alegría para nuestro pueblo argentino, todos quienes lo conocieron y quienes lo evocan tan solo sabiendo de su paso luminoso por este mundo! Rezo con una memoria que vive en mi corazón”.+