La parroquia San Francisco Javier de Cruz del Eje cumplió 100 años

  • 9 de febrero, 2022
  • San Javier y Yacanto (Córdoba) (AICA)
El día de su centenario se celebra en la fecha del fallecimiento de quien fue arzobispo de Buenos Aires, monseñor Uladislao Castellano, el 6 de febrero. La comunidad lo vivió con un nuevo párroco.

El domingo 6 de febrero la parroquia San Francisco Javier, en el pueblo cordobés de San Javier y Yacanto, diócesis de Cruz del Eje, cumplió 100 años de inauguración.  Presidió la misa de acción de gracias el nuevo párroco, presbítero Alex Martínez, que asumió el 15 de enero de este año. 

Como parte de los preparativos para la celebración, la agencia Córdoba Turismo y la municipalidad de San Javier y Yacanto, habían financiado un proyecto de puesta en valor, pintura externa e iluminación ornamental del templo parroquial. Luego de la misa se realizó el acto conmemorativo en el que se inauguraron estas obras. A continuación, se realizó una peña festiva en el predio parroquial.

Antiguamente, la localidad de San Javier tenía una pequeña iglesia que fue sede parroquial por más de un siglo. Era de una sola nave, paredes de adobe y campanario de madera. Allí, fue sepultado el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Uladislao Castellano, que falleció el 6 de febrero de 1900, mientras vacacionaba en la zona, y, en vida, había manifestado sus deseos de ser enterrado en ese lugar.

En 1905 o 1906, pasaba por el lugar el presbítero Sebastián Monteverde, que era de la Ciudad de Buenos Aires. Al ver la precaria construcción de la iglesia donde estaba sepultado el arzobispo, decidió encarar la construcción de un nuevo templo. Así, comenzó a recolectar fondos y bendijo solemnemente la piedra fundamental en 1909. Los trabajos se inician de inmediato con un ritmo acelerado hasta la colocación del techo. Vienen después las interrupciones más o menos prolongadas por falta de dinero. 

El padre Monteverde logró, tras grandes esfuerzos, el revoque de la torre y el frente, pero no pudo seguir adelante ni completar su obra, debiendo dejar en otras manos la tarea restante. Se abandonó la idea de una torre central, que estaba prevista en los planos originales.     

Terminada la construcción del templo-mausoleo, se inauguró solemnemente en 1922. Se eligió como fecha para el solemne acto, el aniversario del fallecimiento de monseñor Uladislao. No mucho tiempo después, la vieja iglesia fue demolida, dejando espacio a la plaza del pueblo. +