Mons. Martínez: "La vocación es un llamado de Dios y una misión"

  • 9 de febrero, 2022
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, compartió con los fieles sus reflexiones sobre el Evangelio del 5º domingo durante el año.

"Tener motivaciones nos alegra" es el título elegido por monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, para su reflexión sobre el Evanglio del 5º domingo durante el año.

"A muchos nos pasa que quizás no nos detenemos con frecuencia a pensar sobre si disfrutamos lo que hacemos en nuestra vida diaria, ya sea con la familia, en los momentos de esparcimiento o inclusive en el trabajo", reconoció el obispo en el inicio de su carta. "Algunos pueden percibir que realmente les gusta lo que viven y hacen. Pero también habrá muchos otros que lamentablemente hacen cosas solamente por rutina, sin motivaciones y sin alegría", advirtió.

En ese sentido, expuso: "Todos estamos llamados a plenificarnos como personas potenciando nuestros dones y cualidades. Estamos llamados a vivir el proyecto de Dios en nuestra vida. A esto lo llamamos «vocación». Todos tenemos una misión y es gozoso señalar que cuando descubrimos esto, nuestra vida se carga de sentido".

En referencia al Evangelio de Lucas, destacó la vocación de los primeros discípulos y aclaró: "En realidad, el diálogo vocacional se da sobre todo con Simón Pedro. Es interesante cómo el texto subraya que Pedro se siente un pecador ante el llamado: «Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: 'Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador'. El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: 'No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres'», citó.

"También en la primera lectura que leemos este domingo, el profeta Isaías nos habla de su llamado – vocación. Ante la presencia de Dios él se siente «un hombre de labios impuros», pero termina respondiendo: «¡Aquí estoy: envíame!»", relató.

"Es cierto que cuando hablamos o rezamos por las vocaciones en general hacemos referencia a los llamados al sacerdocio o la vida consagrada, pero es importante recordar que todos los bautizados tenemos una vocación", enfatizó el prelado. "Los laicos, que son la mayoría del pueblo de Dios, tienen una vocación y misión fundamental que es la transformación de las realidades temporales, para impregnar el mundo de los valores que brotan del Evangelio".

En ese sentido, subrayó la necesidad que tenemos todos "de profundizar en cuál es nuestra vocación". Nuestros ambientes, lamentó, "no fomentan la plenificación de nuestras vidas, sobre todo la de nuestros jóvenes, desde la propia vocación y misión".

"El criterio casi habitual es trabajar o estudiar en lo que se pueda, sin tener en cuenta las capacidades personales. Es triste encontrarse con profesionales o dirigentes sociales, políticos, docentes... que ejercen tareas, sin tener ninguna motivación profunda y menos una vocación que los mueva. Cuando pasa esto, ellos mismos no terminan siendo felices con lo que hacen y, muchas veces, hacen mal su trabajo o buscan solo réditos económicos o de poder y no sirven a los demás, preocupándose solo por su propio beneficio".

"Sabernos imagen y semejanza de Dios y considerar la vocación que tenemos, nos permite ser colaboradores de Dios y constructores del mundo con nuestro trabajo y servicio. Con más razón, la vocación específica que cada uno tiene nos permite plenificarnos. Los cristianos entendemos que la vocación es un llamado de Dios y una misión. En definitiva, es aquello que nos permite servir al bien común en el «ser» y el «hacer». Hoy, más que nunca, necesitamos gente con vocación y la comprensión de que cada vida tiene una razón de ser".

Finalmente, monseñor Martínez agradeció a Dios porque "algunos jóvenes de nuestra diócesis sientan el llamado a la vida sacerdotal y consagrada, entregándose sin reservas personales a Dios, para servir a sus hermanos".

"Sobre estos temas hablaremos más extensamente en una próxima reflexión, ya que el sábado 26 de febrero será el inicio de las actividades del año de nuestro Seminario Diocesano Santo Cura de Ars en la misa de 20 horas", anticipó. "Quiero agradecer también muy especialmente la importancia que nuestros laicos, como mayoría del pueblo de Dios, vayan comprendiendo su vida como una vocación y una misión ordenadas a la transformación de las realidades temporales evangelizando nuestra cultura", valoró.

"Como en el Evangelio de este domingo y el llamado de los primeros Apóstoles, Pedro, Andrés, Santiago y Juan, sentimos el llamado de Dios y queremos animarnos a seguirlo cada uno desde la propia vocación. No importa el lugar donde la desarrollemos, lo más importante es que todo lo que hagamos sea hecho con amor y con intensidad", concluyó.+