ODSA: Presentaron el último informe sobre venta y tráfico de drogas en barrios urbanos

  • 8 de febrero, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA difundió el informe de la última encuesta sobre la oferta de drogas en las zonas urbanas del país, realizada entre julio y octubre de 2021.

A raíz del debate público y la preocupación por el consumo y tráfico de drogas generado por la noticia de la muerte e intoxicación de personas en el conurbano bonaerense debido al consumo de droga adulterada, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer el informe de la última encuesta sobre la oferta de drogas en la zonas urbanas del país.

El informe, basado en una muestra de más de 5.680 hogares representativos, se realizó entre julio y octubre de 2021. Sus resultados indican que el consumo de sustancias psicoactivas, que había retrocedido durante el confinamiento, volvió a dispararse en 2021 y en niveles superiores a los anteriores a la pandemia.

En primer lugar, el informe del Observatorio evidencia que existió durante las últimas dos décadas un “aumento significativo, tanto en el avance del narcotráfico como en las prácticas de consumo de sustancias psicoactivas”, situación que además se agravó en el último año.

Pese a que la oferta y demanda de drogas, así como el consumo de alcohol, disminuyeron en 2020, especialmente al inicio de la pandemia y durante los meses de cuarentena estricta, volvieron a crecer durante 2021, incluso a niveles superiores a los precedentes a la primera ola de Covid-19.

Según el informe, en 2021 el 23% de los hogares en la “Argentina urbana” informó la presencia de venta o tráfico de drogas en la manzana, vecindario o barrio en el que está ubicado.

Según regiones urbanas, la presencia de venta o tráfico de drogas en la ciudad de Buenos Aires es de un 11%; pero la prevalencia se incrementa de manera significativa en el conurbano bonaerense (23%), otras grandes áreas metropolitanas (29%) y el resto urbano (27%).

Los datos muestran mayor presencia de narcotráfico, narcomenudeo y consumo adictivo de drogas en sectores de mayor vulnerabilidad socio-ocupacional: específicamente, un 41% de los hogares de sectores bajos marginales perciben venta o tráfico de drogas en sus alrededores.

Asimismo, en villas de emergencia o asentamientos precarios, casi un 60% de hogares refieren que existe venta o tráfico de drogas en su zona. En general, cuatro de cada diez hogares en condición de pobreza perciben la presencia del narcomenudeo en sus alrededores, frente a un 15% de los hogares no pobres, y con especial influencia entre los adolescentes y jóvenes, “y con mayor penetración y visibilidad en los sectores más vulnerables y marginados de la sociedad”.

"La Iglesia católica manifestó su preocupación de manera recurrente, tanto a partir de las expresiones del papa Francisco como también a partir de declaraciones de la Conferencia Episcopal o comunidades de base, que destacan el daño que provocan el consumo de sustancias y la violencia asociada al tráfico ilegal general y particularmente en los barrios más pobres". En este sentido, los estudios del Observatorio de la Deuda Social Argentina muestran la fuerte correlación entre el aumento de las adicciones y el avance territorial del narcotráfico en zonas tanto metropolitanas como en centros urbanos de baja escala poblacional, con especial penetración en los barrios más pobres, pero también en los barrios populares y de clase media -aunque con menor reconocimiento o visibilidad-.

Según los resultados, en un contexto barrial de alta percepción de inseguridad, un 50% de los hogares de barrios en donde es nula o baja la vigilancia provincial informan la venta o tráfico de drogas (en general, en sectores de trabajadores pobres o marginales). Al mismo tiempo, la venta y tráfico de drogas alcanza al 13% de los hogares en vecindarios donde existe vigilancia policial permanente (en general, en barrios de clase media baja o media alta).

Por lo tanto, indican una “marcada ausencia, impericia o desidia gubernamental” para realizar acciones preventivas, reparadoras o represivas para poner límite al  flagelo del narcotráfico, al narcomenudeo y al consumo adictivo -tres diferentes dimensiones de un mismo problema-. Ante esto, advierten que las únicas respuestas, insuficientes para cubrir la problemática en toda su dimensión, “surgen desde organizaciones no gubernamentales, iglesias, medios de comunicación o entidades privadas”.

"Reporte sobre la presencia de venta/tráfico de drogas en los barrios urbanos de la Argentina. Encuesta de la Deuda Social Argentina-SERIE EQUIDAD 2021 (julio-octubre 2021)".+