Mons. Canecín: "La Palabra no es solo para conocer, sino para madurarla en el corazón"
- 25 de enero, 2022
- Goya (Corrientes) (AICA)
En su homilía dominical, el obispo de Goya expresó el detalle de que la Iglesia destaque algo que no estamos teniendo en cuenta: la Palabra de Dios, y exhortó a meditar el Evangelio de cada día.
Monseñor Adolfo Ramón Canecín, obispo de Goya, presidió la misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario en el domingo de la Palabra de Dios, instituido en 2019.
En la homilía, el obispo agradeció que “el Papa Francisco nos regaló, desde hace tres años, la posibilidad de celebrar el tercer domingo del tiempo litúrgico del tiempo ordinario, el Domingo de la Palabra de Dios”.
Así, profundizó: “Qué lindo detalle. Cuando la Iglesia, en la persona del Papa toma una decisión pastoral, es porque se ve la necesidad de destacar algo, que tal vez, no se está teniendo en cuenta”.
Además, manifestó que “nuestra mirada de cristianos católicos, en la medida en que vamos madurando en la fe, tiene que estar centrada en Jesucristo. Fuera de él, Dios no tiene nada más para decirnos, todo nos dijo en él para siempre”.
En esa línea, observó: “¡Qué lindo es que nos centremos en la Palabra! La tecnología hoy nos permite tenerla en el propio celular”.
Por esto, aconsejó: “Qué lindo es proponerse que, cada vez que voy a mirar o responder un mensaje, leer un versículo de la Palabra del día. De esa manera, estamos alimentándonos de la Palabra del Señor, porque el hombre no vive solo de pan, sino de toda Palabra salida de la boca de Dios. Jesucristo es la Palabra que salió de la boca de Dios y se hizo hombre”.
Finalmente, alentó “Qué importante es que nos alimentemos de la Palabra y nos nutramos de ella, y que podamos creer lo que el Señor nos ha regalado en ella”. Y citó las palabras de San Pablo a los Romanos: “El que cree, jamás quedará confundido”.
Por último, alentó a las familias a “tener en sus hogares la Biblia siempre abierta, en el lugar más importante, con una flor o una vela que la encienda en el momento que voy a leer”.
Y recordó a todos, como propósito, leer el Evangelio de cada día. “Esa Palabra, no es solo para conocer, sino que es para madurarla en el corazón, llevar a la práctica y traducirla en obras”.+