La Corporación de Abogados Católicos celebra los 80 años de uno de sus socios

  • 18 de enero, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Pedro Javier María Andereggen escribió una carta a modo de homenaje personal e institucional por el cumpleaños del doctor Alberto Solanet y recordó su trayectoria al frente de la Corporación.

El presidente de la Corporación de Abogados Católicos, Pedro Javier María Andereggen, escribió una carta a modo de homenaje personal e institucional por los 80 años de edad del doctor Alberto Solanet, uno de sus socios y por varias veces al frente de los letrados cristianos. 

Andereggen hizo una enumeración de la contribución significativa de Solanet a la vida de la Corporación y detalló algunas de las "causas administrativas y judiciales" en las que actuaron junto a otros abogados católicos.

"Agradecemos a Dios por tu fructífera vida familiar y profesional, en especial la realizada a favor de la Doctrina de la Iglesia, la Cultura y el Patriotismo, y  no dudamos por ello que, antes de dejar esta vida para presentarte ante el Señor con las manos llenas de los talentos multiplicados, puedas decir como San Pablo: 'he luchado el buen combate y he vencido: he conservado la fe'”, concluyó. 

Texto de la carta
Querido Alberto:

Con motivo de tu 80° cumpleaños el próximo sábado 15 de enero, quiero expresar públicamente mi homenaje y el de todos miembros de la Corporación de Abogados Católicos, que varias veces has presidido tan digna y eficazmente. Con carácter solo enunciativo: la adquisición de la magnífica sede de la avenida Santa Fe,  la cantidad de socios incorporados durante tu desempeño, incluso con  la jura simultánea más numerosa realizada hasta la fecha,  y la presencia pública de la Corporación en los múltiples asuntos  en que le tocó intervenir, entre otras,  la organización de la solicitada contra la sanción de la ley de divorcio,  que fue la que más páginas ocupó en toda la historia del diario La Nación, lamentable inicio y raíz de nuestros males presentes en materia de legislación contra la vida y la  familia, como así la elaboración de emergencia de un proyecto alternativo para otorgar efectos civiles al matrimonio canónico  por encargo del  entonces Nuncio Apostólico.

Por esas y tantas otras acciones nos has servido, hasta el día de hoy -como tu desempeño a favor de ancianos militares presos,  verdaderos parias del momento-,  de modelo de lucha caballeresca para la Gloria de Dios, el bien de la Iglesia y de la Patria. A tus 80 años, a pesar de la triste y reciente partida de Cristina (por quien elevamos nuestras oraciones y nuestro afectuoso recuerdo) perseveras actuando incansable y públicamente por las buenas causas. No te has permitido jamás un día de descanso. Gracias por este ejemplo que nos impide dejarnos caer en el abatimiento frente a tantos golpes que recibimos los católicos y argentinos de buena voluntad, y que nos inspira como modelo vivo para seguir la exhortación del gran Papa León XIII a Santa Francisca Javier Cabrini -al enviarla a misionar a los Estados Unidos-: “trabajemos Cabrini, trabajemos, que tenemos toda la eternidad para descansar”.

Son muchas las causas administrativas y judiciales en que hemos actuado junto a otros compañeros de la Corporación: matrimonio homosexual, tristes asesinatos de niños inocentes, ofensas a Dios y su Madre, educación religiosa, ideología de género, etc. Pero no puedo dejar de recordar algunos hechos que te exhiben de cuerpo entero como Quijote del siglo XXI. En el tristemente célebre primer aborto en la Ciudad de Buenos Aires, suspendido por una valiente juez, luego revocado por la Corte Suprema, tu directa y políticamente incorrecta exhortación, ante el llanto de la angustiada madre en el Hospital Ramos Mejía -bajo presión constante proaborto de los funcionarios de derechos humanos-  a la que, al ser notificada de la cautelar, le expresaste con amabilidad y sobre todo con Caridad: “cuando lo tengas en tus brazos no te vas a arrepentir”.  ¡Cómo agradecí a Dios tu presencia ese día! Recuerdo también vivamente tu ¡golpe de paraguas! al piso en la Secretaría del juzgado al que pedíamos el retiro de la blasfema imagen de la denominada “Virgen Abortera”, exigiendo la atención inmediata del Juez.

Te enviamos un afectuoso abrazo y agradecemos a Dios por tu fructífera vida familiar y profesional, en especial la realizada a favor de la Doctrina de la Iglesia, la Cultura y el Patriotismo, y  no dudamos por ello que, antes de dejar esta vida para presentarte ante el Señor con las manos llenas de los talentos multiplicados, puedas decir como San Pablo: “He luchado el buen combate y he vencido: he conservado la fe”. 

Más información en www.abogadoscatolicos.org.ar.+