Mons. Martorell: "Somos pobres cuando estamos ausentes de la gracia"

  • 19 de julio, 2012
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
"En la historia de la salvación todos son llamados a la santidad. Cada uno es llamado de manera particular y de un modo preferencial por causa del misterio del amor de Dios. Cada uno tiene una misión especial dentro de ese plan salvífico", señaló el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, en su mensaje del último domingo. El prelado manifestó que "la santidad se realiza en la caridad de Cristo, quien ha dado su vida para la redención de todos y abarca a todos y cada uno de nosotros, aunque de manera diversa y con un carisma particular".
"Los hijos de la tierra somos llamados por Dios desde toda la eternidad a la salvación. Fuimos elegidos en la Persona de Cristo antes de crear el mundo, predestinados por Dios a ser sus hijos, mediante la sangre de su Hijo Jesucristo, que nos redime del pecado y nos confiere el tesoro de su gracia", señaló el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, en su mensaje del último domingo. "Quien ha recibido cualquier beneficio o don de parte de Dios debe convertirse -para sus hermanos- en mensajeros de la salvación", llamó el prelado y añadió que "la gracia de la salvación y la santidad divina nunca se agotan, sino que siempre son dadas para ser transmitidas y compartidas". El pastor manifestó que "la naturaleza del amor es difusiva, existe para ser compartido. Por esto, todos debemos llegar a ser mensajeros del amor de Dios. La santidad se realiza en la caridad de Cristo, quien ha dado su vida para la redención de todos y abarca a todos y cada uno de nosotros, aunque de manera diversa y con un carisma particular". "En la historia de la salvación ?dijo monseñor Martorell- todos son llamados a la santidad. Cada uno es llamado de manera particular y de un modo preferencial por causa del misterio del amor de Dios. Cada uno tiene una misión especial dentro de ese plan salvífico". El obispo relató que los apóstoles fueron llamados "encargándoles predicar la conversión, dándoles el poder de expulsar a los demonios y de curar a los enfermos, teniendo un comportamiento sencillo y desinteresado". "La riqueza más grande del apóstol es la gracia y el Espíritu de Jesús que ha recibido por la consagración a Dios y a su Iglesia. Predicar el Evangelio atendiendo a la pobreza de los hombres frente a Dios. Todos somos pobres cuando estamos ausentes de la gracia y nos alejamos del Espíritu de Dios", afirmó. Como conclusión, monseñor Martorell llamó a "ayudar a que muchos más, aparte de nosotros, reciban el Evangelio y practiquen la caridad. Quien no escucha a los ministros del Señor, en el ministerio de la Palabra y recibe de ellos la Eucaristía, se resiste a la gracia y cierra las puertas del camino de la salvación para él".+ Texto completo de la homilía