Una multitud celebró la Coronación Pontificia de la Virgen de Itatí

  • 17 de julio, 2012
  • Itatí (Corrientes)
Unos 300.000 fieles participaron ayer, lunes 16 de julio, de los actos centrales por el 112º aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen de Itatí. La primera de las celebraciones centrales fue el encuentro entre las vírgenes de Itatí y Caacupé. Decenas de embarcaciones realizaron una peregrinación náutica con las imágenes de ambas vírgenes y a su fin, el arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa, presidió una misa. Por otro lado, la misa central se realizó a las 13 y fue presidida por monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes.
Unos 300.000 fieles participaron ayer, lunes 16 de julio, de los actos centrales por el 112º aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen de Itatí. Peregrinos y fieles de todo el país iniciaron la jornada de celebraciones a la hora cero, con el saludo de "cumpleaños" a la Virgen en la explanada de la Basílica de Itatí, donde una multitud aguardó pese al frío para esperar la salida de la imagen de la "patrona" de la provincia de Corrientes. Las autoridades de Itatí señalaron que "se trata de una de las convocatorias más nutridas de los últimos años" y destacaron las medidas para mejorar los problemas organizativos propios de las últimas ediciones de la festividad. La primera de las celebraciones centrales fue el encuentro entre las imágenes de la virgen de Itatí y Caacupé. Decenas de embarcaciones realizaron una peregrinación náutica con las imágenes de ambas vírgenes y a su fin, el arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa, presidió una misa. Las celebraciones contaron con la presencia del gobernador de la provincia de Corrientes Ricardo Colombi, y miembros de su gabinete. También participó el intendente de capital correntina, Carlos Espínola. La misa central se celebró a las 13 y fue presidida por monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes. En la homilía, el prelado resaltó la masiva convocatoria de una nueva festividad de la Coronación Pontificia. Por otro lado, el pastor correntino en consonancia con el texto bíblico del domingo, en la que la Virgen María visita a su prima Isabel señaló que "el evangelista anota que María fue sin demora, lo que refleja la disposición interior de la Virgen María al servicio". "Esa disposición de María debe reflejarse en las familias, en el pueblo" dijo y añadió que "la Iglesia aspira a promover ciudadanos más responsables de nuestras obligaciones y conscientes de nuestros derechos". Monseñor Stanovnik resaltó la decisión de declarar a Itatí como "Pueblo Pro Vida" y dijo que "Itatí es un pueblo de referencia no sólo para Corrientes y la región NEA sino para muchos lugares más". A las 19, el superior provincial de la Obra Don Orione, padre Omar Gustavo Cadenini FDP, presidió la misa de clausura, y a las 20 se llevó a cabo la procesión de antorchas y clausura de los festejos marianos. La Coronación Pontificia de la Virgen de Itatí Fue el suceso más notable y apoteótico desde los tiempos de los festejos del III Centenario de la Fundación de Corrientes en 1888, y no tendría continuidad con otro suceso de su jerarquía hasta la Consagración de monseñor Luís María Niella como primer obispo de Corrientes en 1911. El 16 de julio de 1900, en las puertas del santuario de la Santísima Cruz de los Milagros de Corrientes, la imagen de Nuestra Señora de Itatí, traída en barco desde su trono en una marcha cargada de hondo sentimiento, fue solemnemente coronada por el obispo de Paraná, monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo, ante los obispos argentinos, del Paraguay y el Uruguay. La corona impuesta sobre las sienes de la Imagen de la Virgen, había sido concebida por Forment Maurice como una exquisita joya al estilo de las coronas imperiales del Renacimiento, en oro, con incrustaciones, en sus engarces, de amatistas y topacios de gran tamaño, y dibujos afiligranados de artística expresión. Al momento solemne de la Coronación, ante una multitud que llenaba el atrio del santuario, la plaza adyacente y la manzana siguiente, sonaron cañonazos en el puerto de la ciudad, bombas de estruendo, se soltaron palomas y repicaron jubilosamente todas las campanas de las Iglesias de la ciudad de Corrientes, en el preciso momento en que el obispo de la Lastra y Gordillo, a nombre del papa León XIII, colocaba la corona sobre las sientes de la Virgen. Después sobrevinieron los festejos que siguieron por varios días y no concluyeron sino hasta el retorno final de la imagen de la Virgen a su trono del santuario de Itatí. +