El Card. Poli cerró el Sínodo de Buenos Aires llamando a salir sin miedo a la misión

  • 29 de noviembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires presidió la misa de clausura de este acontecimiento sinodal porteño, en la que recordó que la Iglesia misionera existe para "evangelizar, enseñar y ser canal de gracia".

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió el 28 de noviembre la misa de clausura del I Sínodo Arquidiocesano en la catedral metropolitana, en la que animó a la comunidad porteña a salir sin miedo a la misión.

La Eucaristía fue concelebrada por los obispos auxiliares y por los sacerdotes sinodales, y participaron los 250 delegados sinodales.

En la homilía, el purpurado porteño destacó que la providencia quiso que la conclusión del Sínodo coincidiera con el comienzo del Adviento, en donde surge un lenguaje nuevo en medio de este mundo. “En este tiempo litúrgico, Dios nos propone una nueva morada, una nueva tierra”, subrayó.

“El Sínodo ha sido un llamado del Señor Resucitado para que los bautizados, laicos, consagrados, ministros, asumamos con plena conciencia ser Iglesia misionera”, invitó.

Citando a San Pablo VI, el cardenal Poli recordó que la Iglesia misionera existe para evangelizar, para replicar y enseñar y ser canal de gracia.

El primado argentino aseguró que las sesiones de la Asamblea Sinodal fueron acompañadas siempre por el Espíritu de la verdad, para llegar a concordancias entre los sinodales. “Hubo una armonía sinfónica entre tantas voces distintas y diversas haciendo posible lo que solos no hubiéramos podido lograr”, sostuvo.

El cardenal Poli invitó a los presentes a poner sobre el altar todo lo vivido durante el sínodo, “para que la gracia de la Eucaristía complete y perfecciones lo trabajado [….] y para que la Iglesia de Buenos Aires, rece, se organice y salga sin miedo a la misión”.

Asimismo, agradeció el regalo que le hicieron los sinodales en la última sesión del sábado y subrayó la figura de San José, quien acompañó en este último tiempo: “Él nos enseña a vivir este tiempo con la fe de los pequeños, al lado de María y de Jesús”, afirmó.

“Feliz coincidencia terminar el Sínodo comenzando el Adviento, porque el Adviento es un regalo que nos permite terminar en brazos de la Virgen", concluyó.

Luego de la bendición final, el arzobispo de Buenos Aires, saludó personalmente y entregó a los sinodales una tarjeta recordatoria de la Asamblea Sinodal, con el ícono bíblico de la Visitación de María a Isabel.

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