Mons. Ojea invita a confiar: "Es la unidad de Jesús la que va a triunfar"

  • 27 de noviembre, 2021
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Pensemos en el mundo que viene y en la necesidad de asumir las dificultades; tenemos nuestra esperanza puesta en Jesús", aseguró el obispo de San Isidro

El obispo de San Isidro y presidende de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, compartió su reflexión para el primer domingo de Adviento recordando que “el Señor Jesús no sabe en el Evangelio de su segunda venida sobre las nubes del cielo".

"Pero sin embargo esta venida está precedida de un enorme cataclismo; los astros se conmueven, habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; la tierra tiembla, las olas del mar inspiran temor y sin embargo el Señor nos invita a levantar nuestras cabezas porque se acerca nuestra liberación, es la actitud del centinela que está atento en medio de muchísimos peligros pero sabe en su corazón que no tiene la última palabra sobre el sentido de la vida sino que esta última palabra la tiene el Señor", aseguró.

“Él viene con la potencia de su gloria, pero la potencia de su gloria es la potencia de su amor", agregó, y explicó: "Por eso cuando se plantean estos terribles sismos y cataclismos significa la lucha, el combate espiritual, entre la visión y el poder del mundo y la humildad de Jesús”.

El prelado sanisidrense destacó que “es la unidad de Jesús la que va a triunfar pero para esto hay que estar atento, hay que tener la mirada fija en Él".

"Para esto no nos tenemos que disipar ni tenemos que evadirnos y nosotros tenemos una facilidad enorme para evadirnos de los grandes problemas en el mundo en que vivimos", advirtió.

En este sentido, el presidente de la CEA puso como ejemplo la reciente cumbre sobre el cambio climático, en la que "primero hay grandes discursos de los líderes del mundo acerca de enormes peligros que pueden sobrevenir con el aumento de la temperatura global y sin embargo las conclusiones, cuando hay que consensuar, tomar decisiones, enfrentar el problema, nos viene como un deseo de huir, de aplazar, de dejar para después total hay tiempo; y así hay tantos problemas que dejamos para mañana y sin embargo no los podemos resolver en el hoy de Dios”.

Monseñor Ojea animó a pedirle al Señor que "nos dé muchísimo valor para poder hacerlo, que venzamos el miedo, que venzamos la autocompasión, que no nos quedemos encerrados en el grupo que se ama, en el grupo que se quiere, en el grupo que tiene afinidad, sino que pensemos en mayúscula, pensemos en el mundo que viene y en la necesidad de asumir las dificultades".

"Tenemos nuestra esperanza puesta en Él y tenemos además esta nueva invitación al Sínodo para el cual nos vamos preparando y para el cual esta Asamblea Eclesial de América Latina en el Caribe ha sido como una buena introducción”, puntualizó.

“Si en realidad nosotros vamos tomando nuestro lugar como laicos, en la participación que necesita la Iglesia que el laicado tenga, en la misión de la Iglesia, si nos vamos empoderando de nuestra responsabilidad de predicar el Evangelio; entonces no aplazaremos los grandes problemas sino que confiando en el Señor levantemos la cabeza y tengamos toda la esperanza en el Señor que viene y que tiene la última palabra sobre nuestra vida”, concluyó.+