Mons. Rogelio Cabrera fue reelegido como presidente del Episcopado mexicano

  • 10 de noviembre, 2021
  • Ciudad de México (AICA)
En su mensaje de apertura el reelecto presidente de la CEM lamentó el fallecimiento de obispos, sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral a causa del Covid-19.

El arzobispo de Monterrey, monseñor Rogelio Cabrera López, fue reelegido para un segundo periodo como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

La elección se dio en el marco de la CXI Asamblea Plenaria de la CEM, que se realizó del 8 al 10 de noviembre en la sede del episcopado mexicano. 

Asimismo, los obispos mexicanos eligieron nuevo vicepresidente de la CEM a monseñor Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán, quien sucede en el cargo a monseñor Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, que se está recuperando del coronavirus.

Además, el nuevo secretario general, que sucederá en el cargo a monseñor Alfonso Miranda Guardiola, será monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, que en el periodo anterior ocupó el cargo de tesorero.

Una Asamblea Plenaria marcada por la pandemia
Monseñor Rogelio Cabrera López fue elegido por primera vez como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano el 13 de noviembre de 2018, para el trienio 2018-2021. Tras su reelección, presidirá la CEM en el trienio 2021-2024.

Días atrás, la CEM señaló que para priorizar “la salud de los asistentes” por la pandemia del Covid-19, “únicamente fueron convocados los 127 obispos con derecho a voto”, de los más de 170 obispos que residen en México.

Además, se invitó al Nuncio Apostólico en México, monseñor Franco Coppola, a los ocho secretarios ejecutivos de las comisiones episcopales, al equipo base de vicarios episcopales de pastoral y a un pequeño grupo de personal, considerado por la CEM “indispensable para la realización de la asamblea electiva”.

En su mensaje de apertura, el pasado 8 de noviembre, el reelecto presidente de la CEM señaló que “el impacto de la pandemia fue tan fuerte que quizá, como los discípulos de Emaús, puso algo en nuestros ojos que nos impidió, en ocasiones, reconocer a Jesús en todos los afectados por las diferentes crisis que se acentuaron en estos recientes dos años”.

“Lamentamos el fallecimiento de obispos, sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral a causa del Covid-19”, expresó. Monseñor Cabrera López subrayó que “la contingencia nos afectó gravemente en lo sanitario, lo económico, en la inseguridad y la violencia, que ya eran un flagelo para nuestro pueblo, en especial para los más pobres, y que se volvieron más evidentes en este trienio”. “Fue una tormenta que puso en peligro la estabilidad de nuestra barca eclesial”, dijo.

Sin embargo, “como los discípulos de Emaús, creo que abrimos los ojos para responder a estas crisis, tratando de hacerlo de la mejor manera”. “Son muchos los aprendizajes adquiridos y más los que todavía tenemos pendientes”, aseguró.

Tras recordar que “el papa Francisco nos invitó a salir mejores de esta crisis”, monseñor Cabrera López dijo que los obispos mexicanos “necesitamos redoblar nuestra atención a las emergencias que nos planteaamos en estos años: los migrantes, los jóvenes y los sacerdotes”.+