Mons. Urbanc: "La Iglesia quiere contar con las aportaciones de todos los bautizados"

  • 26 de octubre, 2021
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
El obispo de Catamarca explicó el significado del caminar juntos que el Papa quiere imprimirle al Sínodo de la Sinodalidad, al abrir la fase diocesana de este proceso en la catedral basílica.

La comunidad diocesana de Catamarca dio apertura al proceso sinodal convocado por el papa Francisco (2021-2023), y que en el ámbito local se enmarca en la asamblea diocesana prevista para el año próximo, a fin de renovar y revitalizar la pastoral.

Minutos antes de las 18 del domingo 24 de octubre, el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, sacerdotes y consagrados del decanato Capital y fieles de parroquias, pastorales, movimientos e instituciones, se concentraron en el Paseo de la Fe para luego desplazarse por el interior de la plaza 25 de Mayo, emulando este caminar juntos que comienzan a transitar en comunidad. La columna fue encabezada por una batucada de jóvenes del Hogar de Cristo “Padre Raúl Contreras”, que le pusieron ritmo a la caminata. 

De regreso, ingresaron procesionalmente a la catedral basílica y santuario del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora del Valle, para participar de la misa presidida por el pastor diocesano y concelebrada por los presbíteros Daniel Pavón, párroco de San Nicolás de Bari; Santiago Granillo, párroco del Espíritu Santo; Luis Páez y Juan Orquera, capellanes de la catedral basílica y santuario mariano; Sebastián Vallejo, de la comunidad Fasta Catamarca, y Oscar Garay, sacerdote de la diócesis de Lomas de Zamora, quien llegó a visitar a la Virgen del Valle.  

“Bienvenidos a esta celebración con la que como diócesis damos inicio al proceso sinodal al que nos convocó el papa Francisco y que viene a enriquecer nuestro camino hacia la asamblea diocesana que nos proponemos realizar, Dios mediante, en la segunda mitad del año que viene”, expresó monseñor Urbanc al comenzar su homilía. 

Luego de reflexionar sobre la enseñanza de Jesús de que todo bautizado y especialmente quienes ejercen algún tipo de autoridad en la Iglesia no tienen que apegarse a la noción mundana del poder, sino asumir éste como un servicio a los hermanos, monseñor Urbanc señaló: “El papa Francisco recordó varias veces que el Pueblo de Dios está constituido por todos los bautizados, llamados a un sacerdocio santo”.

“El Pueblo posee un ‘instinto’ propio (sensus fidei) para discernir los nuevos caminos que el Señor abre a la Iglesia. Por eso, el pasado 10 de octubre el papa Francisco dio comienzo en Roma al Sínodo sobre la Sinodalidad, en el que por primera vez en la historia de la Iglesia quiere contar con las aportaciones de todos los bautizados. Nosotros hoy damos inicio a la fase diocesana de este proceso sinodal”.

El prelado catamarqueño citó un pasaje del documento preparado por la Secretaría del Sínodo en el que se sotiene que "es una invitación para que cada diócesis se embarque en un camino de profunda renovación, inspirada por la gracia del Espíritu Santo. Se plantea una cuestión principal: ¿Cómo se realiza hoy en la Iglesia nuestro 'caminar juntos' en la sinodalidad? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu Santo para crecer en nuestro 'caminar juntos'? El Sínodo no es un parlamento, ni es un sondeo de las opiniones sino un momento eclesial, y el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo".

Asimismo, subrayó que el objetivo es asegurar la participación del mayor número posible, para escuchar la voz viva de todo el Pueblo de Dios.

En otro momento de su reflexión, el obispo consideró que “el Sínodo nos ofrece una gran oportunidad para una conversión pastoral en clave misionera y ecuménica, pero no está exento de algunos riesgos”, entre ellos, detalló, el formalismo, el intelectualismo y el inmovilismo.

En consonancia con el Papa, exhortó a vivir "esta ocasión de encuentro, escucha y reflexión como un tiempo de gracia”.

“El padre Congar -fraile dominico y teólogo católico- afirmaba: 'No hay que hacer otra Iglesia, pero, en cierto sentido, hay que hacer una Iglesia otra, distinta'”, citó para luego reflexionar sobre el Evangelio del ciego que llama a los gritos a Jesús para que lo cure de su mal.

"La sinodalidad nos permite recuperar los necesarios vínculos entre laicos y pastores. Se recupera la circularidad, ya que la sinodalidad pone al pueblo como sujeto principal de la acción evangelizadora, de la misión. Todos, laicos, consagrados y pastores, somos el único Pueblo de Dios. Por tanto, lo igual precede a lo particular o diverso, sin anularlo. La diversidad de carismas está al servicio de la igual dignidad de hijos e hijas de Dios, recibida en el Bautismo”, subrayó.

Por último, monseñor Urbanc le pidió a la Virgen del Valle: “A Ti, Madre bendita del Valle, que eres experta en procesos, pues lo inicias con cada nuevo bautizado que te confía tu Hijo Jesús y la Iglesia; te pedimos que nos ayudes a lanzarnos animosos en esta dirección que nos indica el Espíritu Santo para este tercer milenio que la humanidad empezó a transitar, bajo el providente amor de nuestro Buen Padre Dios”.

Antes de la bendición final, el obispo de Catamarca invitó a realizar la oración propuesta por el Santo Padre para pedir por los frutos de este sínodo, que en su itinerario incluye tres etapas: diocesana, continental y universal; y culminará con la asamblea de los obispos en octubre de 2023.+

» Texto completo de la homilía