Mons. Colombo: El testimonio esperanzado y la alegría del Evangelio

  • 19 de octubre, 2021
  • Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza recordó que en el marco del camino sinodal, el papa Francisco invita a la Iglesia a renacer mediante tres palabras: encontrar, escuchar y discernir.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la Eucaristía desde el santuario María Auxiliadora, de la localidad mendocina de Rodeo del Medio, donde revivió la apertura del Sínodo de la Sinodalidad que hace una semana hizo el papa Francisco y que en esta jurisdicción eclesiástica abrió en la reciente fiesta diocesana.

En la homilía, el arzobispo mendocino afirmó que el relato de los peregrinos de Emaús es “hoy una historia hermosa para entender aquellas tres palabras con las que el papa Francisco invitaba a la Iglesia a nacer en este espíritu de Sínodo: encontrar, escuchar y discernir”.

“En esta invitación que nos hace el Papa a escuchar después de encontrarnos y a discernir, hay una invitación a toda la Iglesia para crecer en la comprensión de su misión, para buscar todos juntos lo que el Señor nos propone en este tiempo, cuáles son los desafíos para su Iglesia y, en concreto, para nosotros aquí en Mendoza”, explicó.

“Soñar con Jesús en esa misma dirección, junto a nuestros hermanos, para poder entonces testimoniar con alegría a Jesucristo”, precisó.

Monseñor Colombo destacó lo hermoso que significaba celebrar el Día de la Madre en el santuario de María Auxiliadora, al recordar que es una jornada para dar gracias a Dios por “esa vida que ellas nos han entregado y también para pedir que el Señor las fortalezca, las consuele, les dé esperanza en tiempos difíciles”.

“Para todas las mamás, de todas las edades, de todas las situaciones, que hoy el Señor se haga fuerte en sus vidas y las alegres, las alegre totalmente en sus corazones”, pidió.

“Queridos hermanos: recemos por nuestra Iglesia, pidamos a Dios que nos comunique su Espíritu Santo y caminemos juntos en esa dirección que el Papa nos invita a transitar, la del testimonio esperanzado y la de la alegría del Evangelio”, concluyó.+