Mons. Ojea: "Hay que poner el corazón en aquello que realmente vale la pena"

  • 10 de octubre, 2021
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro consideró que solo con la fuerza de Dios se puede salir de "esta situación de crisis tremenda en la que nosotros vivimos como personas, como comunidad, como país".

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, dedicó su reflexión semanal a las tres miradas de Jesús que presenta el Evangelio dominical.

“La primera mirada es a este hombre joven que se arrodilla con sinceridad delante de Él y le dice: ‘Maestro ¿qué debo hacer para alcanzar la plenitud de la vida?, es decir la vida eterna‘. Jesús ve que es un hombre sincero que está buscando plenitud de vida; Jesús se da cuenta de que a este hombre no le basta sólo con cumplir los mandamientos, que después le va a decir que los ha guardado desde su juventud, entonces lo mira con amor y le dice: ‘sólo te falta una cosa; toma tu dinero y dáselo a los pobres, después ven y s'igueme”.

“Este servir con nuestro dinero a los pobres es como depositarlo en el banco de Dios, donde está tu tesoro, allí está tu corazón; ‘es más feliz el que da que el que recibe’, va a decir san Pablo como Palabra de Jesús. Este hombre tenía su corazón atado al dinero, el dinero era como un ídolo, tenía temor de desprenderse de  y entristecido se alejó”.

El prelado sanisidrense reconoció que “nosotros en medio de la pandemia, y al ir concluyendo si Dios quiere la pandemia, tenemos el corazón triste; nos hemos visto defraudados en tantos sentidos, necesitamos más que nunca liberarnos de la esclavitud del dinero y poner el corazón en Jesús”. 

“Cuando Jesús dice ‘toma el dinero y dáselo a los pobres’ no lo está diciendo para que los pobres sigan siendo pobres, sino que lo está diciendo para poder librar, con mi aporte, a los pobres de su miseria. Lo está diciendo para que mi corazón tenga la grandeza de poder recibir la riqueza de lo que ellos me puedan dar porque no puedo pensar que ellos no tienen ninguna riqueza para darme, no puedo ayudar de arriba hacia abajo como si yo fuera el omnipotente que da un beneficio”.

Monseñor Ojea alentó a “salir de la tristeza; tenemos que pedirle al Señor poder remontar este efecto de la pandemia y trocarlo en una motivación hermosa para poder rehacer y reconstruir nuestro mundo, nuestra Patria”.

“La segunda mirada la dirige Jesús alrededor, es una mirada reflexiva. Jesús va a decir: ‘qué difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios’. Esto es: no se puede servir a Dios y al dinero. El dinero encandila con su aparente luminosidad, pero después no podemos poner el corazón en lo que termina dando tristeza, sino que tenemos que aprender a poner el corazón en lo que realmente vale la pena y que me trae el sentido de la vida humana, en Jesús”.

“La tercera mirada es a los apóstoles, a nosotros. Los apóstoles preocupados le dicen: ‘entonces ¿quién podrá salvarse?’ Jesús fijando su mirada en ellos les dice: «lo que para los hombres es imposible para Dios es posible’”.

Finalmente monseñor Ojea expresó: “Salir de esta situación de crisis tremenda en la que vivimos como personas, como comunidad, como país, es posible solamente con la fuerza de Dios; Él hace posible lo imposible. Busquemos cómo poner el corazón de verdad para obtener de alguna manera una libertad, un coraje y una fortaleza que necesitamos todos para emprender con esperanza el camino de nuestra reconstrucción”.+