El Card. Sandri encomendó el bicentenario de México a la Virgen de Guadalupe

  • 27 de septiembre, 2021
  • Ciudad de México (AICA)
El Papa envió al purpurado argentino como representante en las conmemoraciones por los 200 años de Independencia de México.

El prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cardenal Leonardo Sandri, presidió, en representación del Santo Padre, la misa por el bicentenario de la Independencia de México, celebrada el domingo 26 de septiembre en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la capital mexicana. 

El rector del santuario mariano dio la bienvenida al cardenal argentino, quien fue nuncio apostólico en México del 1° de marzo al 16 de septiembre de 2000, al suceder al español Justo Mullor García: “Damos la bienvenida al emintentísmo señor cardenal Leonardo Sandri, representante de la Santa Sede para la celebración del Bicentenario de la consumación de la Independencia de México”.

Al inicio de su homilía, el cardenal Sandri felicitó al cabildo guadalupano en ocasión del 213 aniversario de la consagración del capítulo a san José. Dirigiéndose al pueblo cristiano, el prefecto reflexionó sobre el sentido sobrenatural del domingo, del Evangelio del día y de la presencia del pueblo cristiano en Basílica de Guadalupe describiendo algunos pasajes del milagro del Tepeyac.

Al considerar esos hechos como “escuela de evangelización”, el representante del papa Francisco enunció algunos hechos sucedidos en 1531 para enraizarlos en la polémica de la conquista y el sentido de la primera presencia de la Palabra de Dios en México.

"Quien llega a una tierra que le es desconocida, pero que ya es habitada por grandes civilizaciones, no puede traer el Evangelio como signo de supremacía o como argumento para imponerse por la fuerza sino como un regalo que está hecho para ser compartido y darse a conocer”.

Más adelante, el prefecto para las Iglesias orientales destacó la imagen de Santa María de Guadalupe como reflejo de la dignidad de aquellos que habían sido evangelizados: “Los pies de Juan Diego caminan por los senderos de esta zona para traer el anuncio del prodigio del que fue destinatario".

"Su mirada está embelesada por la Bella Mujer vestida de Sol por iniciativa de Dios; ciertamente se convirtió en discípulo del Reino, un Reino que no pisotea a las civilizaciones de esta tierra sino que las dirige al encuentro con Cristo como ese acontecimiento extraordinario que, de alguna manera, se esperaba según los calendarios y estudios astronómicos de los pueblos autóctonos”.

Al desentrañar el significado de la presencia de la Virgen de Guadalupe, el cardenal Sandri dio una interpretación acerca de la amalgama que unió a dos mundos: “Dios impidió que alguien pudiese decir ‘estos pueblos no son nuestros, no poseen el nombre de Jesús, no pueden predicarlo porque Él es nuestra posesión exclusiva. La tentación por tanto es recurrente, válida hace dos mil años como hace 500 años y presente hoy.”

Oración a la Madre de México
En una particular plegaria que elevó a la Virgen de Guadalupe, el arzobispo externó una sentida oración al volver con emoción a los pies de la basílica de Guadalupe.

“Con corazón de hijo, después de haber sido nuncio apostólico en el 2000 y haber acompañado al Papa san Juan Pablo II quien en el 2002 quiso presidir la canonización de san Juan Diego, vengo ahora, en nombre del papa Francisco, que te quiere tanto y que cada año, el 12 de diciembre, celebra tu fiesta en la basílica de san Pedro, para decir que el mundo entero es guadalupano. Sí, porque todos necesitamos escucharte decir ¡Oh Madre! en los desiertos y en los dolores de la historia, en el mundo desgarrado por la pandemia y marcado por las guerras, la violencia y los abusos, todos necesitamos escucharte decir ‘No temas. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?'".

"Deseamos aprender de ti, salir al encuentro de Jesús, seguros de que el Espíritu sigue haciendo florecer el Espíritu incluso en la crudeza de los inviernos de nuestras almas. Que las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de México estén bajo tu mirada, ¡Oh Virgen de Guadalupe!", rezó.

"Ningún hombre, ninguna nación pisotee los derechos de los demás especialmente de los pobres y oprimidos. Y ninguna nación confunda la idea de una presunta libertad humana como forma para liberarse de la dulce presencia de Dios y de su anuncio en la sociedad como nos enseñaron san Joselito Sánchez del Río y los mártires cristeros quienes murieron con tu nombre en sus labios, Señora Nuestra de Guadalupe”.

La homilía fue concluida con un viva a los santos mártires, a la Virgen de Guadalupe y a México.

En la celebración estuvieron presentes los canónigos del cabildo guadalupano así como el nuncio apostólico en México, Franco Coppola quien el 22 de septiembre entregó al gobierno de México varios facsimilares de documentos históricos que serán expuestos en una exhibición con motivo de los 200 años de la Independencia de México.+