Mons. Barba pide a la Virgen de la Merced que le enseñe al pueblo a ser libre

  • 27 de septiembre, 2021
  • Villa Mercedes (San Luis) (AICA)
"Vamos a pedirle a María que nos ayude a recibir de Jesús la verdadera libertad de hijos de Dios, a romper esclavitudes, externas e internas de nuestro corazón", expresó en la fiesta patronal.

El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, presidió el 24 de septiembre la misa en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad de Villa Mercedes, a la que asistieron el vicegobernador de la provincia, Eduardo Mones Ruiz, el intendente de la ciudad local, Maximiliano Frontera, autoridades municipales, federales y de la Quinta Brigada Aérea, entre otras.  

Al iniciar su homilía monseñor comenzó dando gracias a la Virgen de la Merced, por poder celebrar este año la santa misa.  Luego recordó, “una vez más, como lo había comenzado hace un par de años el padre Juan Micalizzi, hoy hicimos el abrazo maternal y fuimos testigos de lo que significa el paso de la Virgen por las calles, por las casas, la gente que se arrodillaba, que se emocionaba, demostrando ese amor a la Madre”. 

“No hay nada más importante que el amor a una Madre y el agradecimiento a una Madre”, destacó, y agregó: “Hoy leía un comentario que nunca lo había leído y me gustó mucho: las madres que reciben a sus hijos, que nacen de sus vientres. Pero Jesús es el que elige a su Madre dónde nacer, fue al revés, Jesús elige a María y nace en ella. Se hace hombre en ella”.  

El prelado sanluiseño señaló que “estar cerca de la Virgen, es estar cerca de Jesús. ¿Cuál es el misterio de Dios más grande? El de la Encarnación. El Dios que nos ama, hasta dar su vida por nosotros” y afirmó que este misterio nos lleva a María, y que “por eso  nunca tenemos que dejar de vivir y de transmitir este amor a la Virgen”. 

Monseñor Barba insistió en señalar que hay que llevar a María en el corazón, “porque de ese modo, tenemos la certeza de estar con Jesús. Sentir la cercanía de Dios, la bendición de Dios por medio de María”.  

“Nuestra Señora de la Merced, que es una devoción que se remonta al siglo XIII, nos remite necesariamente al tema del rescate de la esclavitud en un tiempo histórico, donde se le aparece a Pedro Nolasco y lo invita a comprometerse, a rescatar a aquella gente que estaba esclavizada”, explicó. 

“La Virgen de la Merced, sin dudas, es aquella que nos lleva hacia la libertad. La esclavitud más profunda siempre está en nuestro corazón: en el pecado, en nuestras miserias, en nuestras pequeñeces. Y Jesús nos redime con su sangre en la cruz”. También expresó que “nos invita a ser libres, a ser dignos, pero somos nosotros los que tenemos que dar ese paso, para dejar que Dios entre en nuestros corazones, para dejarnos amar, perdonar. Desde hace dos mil años, que María dijo sí, Jesús está en medio nuestro”, sostuvo. 

El prelado aseguró que “hoy María nos invita a que nosotros digamos sí con nuestra vida, para tener dignidad, y no perderla, para no perder el amor que Dios nos ha manifestado por medio de Jesús”, y que “María pone en sus manos a nuestras manos”.  

“Vamos a pedirle a María que nos enseñe a ser libres, que nos ayude a recibir de Jesús, la verdadera libertad de hijos de Dios, a romper esclavitudes, externas e internas de nuestro corazón”, invitó, y añadió: “Dios nos hizo para ser libres, nos quiere para que tengamos vida en abundancia”.  

Monseñor Barba encomendó a la Virgen de Nuestra Señora de la Merced que bendiga a su pueblo, y que lo ayude a "ser verdaderos hijos de Dios, constructores de un mundo nuevo”,  y enfatizó: “Le pedimos que renueve nuestro amor muy especialmente, aquellos que están más necesitados de la misericordia de Dios al mirar a María, en María”. 

Placa y pergaminos
Más adelante, el padre Picca, párroco del templo, dirigió unas palabras a las autoridades presentes: “A los pies de la Virgen se encuentra una placa que resume un gesto del señor intendente, en gratitud a la Madre” y agregó, “gracias por su gesto. Rezamos por todo lo que hace por la ciudad de Villa Mercedes”. 

“Ésta es la casa matriz, en el sentido que acá está la Madre que cuida de todos. Esta placa después la colocaremos en uno de los lugares del ingreso del templo como parte de nuestra historia”, anticipó. 

Más adelante, el Concejo Deliberante hizo entrega y se procedió a la lectura de unos pergaminos “en Honor a la Virgen de la Merced que se le apareció a San Pedro Nolasco en 1218 recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a auxiliar a los cautivos que eran llevados a sitios lejanos”.  

Asimismo, se recordó que “esta advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo. Que San Pedro Nolasco inspirado por la Santísima Virgen funda una Orden dedicada a la Merced, que significa obras de misericordia, cuya misión era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes”.  

Seguidamente se continuó con la historia, en la que se destacó: San Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaran como patrona y guía.  

Que en 1272, tras la muerte del fundador, los frailes toman oficialmente el nombre de la Orden de Santa María de la Merced. 

Que esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los prisioneros que han tenido mártires y santos.  

Que Nolasco le pide ayuda a Dios y en signo de la Misericordia Divina, le responde la Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.  

El 26 de abril de 1908 se consagra este templo al nombre de la Santísima Virgen María en su advocación a la Merced.  

Luego de la lectura, monseñor Gabriel Barba impartió la bendición final, y enfatizó: “la Virgen María decía en el Magnificat, que Dios miró con bondad su pequeñez”, y destacó que “una parroquia se sostiene por la pequeñez y el silencio de los fieles, que sin llamar la atención, diariamente la sostienen y construyen la Iglesia”. 

Tras finalizar la santa misa, se realizó la solemne procesión con la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Merced por las calles de la ciudad.

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