Río Gallegos renovó su compromiso de rezar y luchar contra la Trata

  • 24 de septiembre, 2021
  • Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
En el marco del Día internacional de la lucha contra la Trata de personas con fines de explotación sexual, el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria de Río Gallegos emitió un comunicado.

Con el título: “La trata de personas quebranta la vida de las víctimas”, el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria de la diócesis de Río Gallegos se unió al Día internacional de la lucha contra la Trata de personas con fines de explotación sexual.

“Como Iglesia diocesana afirmamos, tal lo expresado por el papa Francisco, que la trata de personas es ‘un crimen de lesa humanidad’”, expresaron, “pues corrompe la humanidad de la víctima y ‘constituye una violación injustificable de su libertad y dignidad las cuales son dimensiones constitutivas del ser humano deseado y creado por Dios’”.

“La pandemia que padecemos trajo consecuencias sanitarias, económicas y sociales sin precedentes, debilitando el contacto social y provocando una mayor vulnerabilidad de las personas, especialmente en aquellas que se encuentran sometidas, porque reduce las posibilidades de pedido de auxilio. Esta situación las hunde aún más en el aislamiento y en el sometimiento”, advirtieron.

“La cara más oculta de este delito de la Trata de personas con fines de explotación sexual se encuentra en los oscuros prostíbulos, enmascarados de diversas maneras; allí ‘especialmente las personas más vulnerables de la sociedad, son explotadas sexualmente, y violadas en su dignidad y derechos humanos’”, añadieron.

Sin duda alguna, consideraron, “la lucha contra este delito se ha constituido como uno de los mayores desafíos de estos tiempos. Esto se debe no solo al impacto que tiene como forma de moderna esclavitud, sino también por su capacidad de enorme daño personal y social, porque quebranta la vida de las víctimas y lacera lo más profundo del tejido social”.

En ese sentido, como Iglesia diocesana reconocieron que “nos sigue alarmando la alta tolerancia social y la naturalización del sistema prostibulario, que implica la explotación sexual y la trata de personas, vinculándolo con ‘lo cultural’ como modo de justificación”. 

“Como sociedad hemos omitido que constituye un delito y una violencia ejercida sobre los cuerpos de tantas niñas, jóvenes y mujeres. Por ello no podemos naturalizar la violencia y callar los gritos silenciados de tantas víctimas”. 

“Asumimos lo manifestado oportunamente por la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes, pidiéndole ‘al Dios de la Vida el coraje y la decisión de ser capaces de escuchar los gritos de auxilio de tantas hermanas y hermanos privados de su dignidad y de su libertad, y de acompañar, defender y solidarizarnos con ellos, descubriendo caminos hacia una solución pronta y duradera de este delito’”.

Finalmente, en este día, y tomando las palabras del Santo Padre, “nos convocamos para unir nuestras voces y nuestras oraciones, ‘para que el Señor libere a las víctimas de la trata y para que nos ayude a responder activamente al grito de socorro de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad y libertad’, expresaron, asumiendo el compromiso de rezar y luchar “por una sociedad en la que se reconozca y se respete la dignidad y la libertad de todos y de cada uno”.+