La arquidiócesis de Bahía Blanca tiene un nuevo sacerdote

  • 21 de septiembre, 2021
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
En una misa presidida por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, fue ordenado sacerdote el diácono Manuel Adán Caraballo. De pasado rockero y estudiante de Abogacía.

El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, ordenó sacerdote al diácono Manuel Adán Caraballo, en una celebración que tuvo lugar el 18 de septiembre en la catedral Nuestra Señora de la Merced.

El joven oriundo de Colonia Catriel, provincia de Río Negro, eligió como lema sacerdotal "El amor que se hizo carne en cada dolor del pueblo", una frase del beato Angelelli.

Concelebraron la Eucaristía el arzobispo emérito de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti, y el obispo emérito del Alto Valle de Río Negro, monseñor Néstor Navarro, junto con sacerdotes del clero local.

En su homilía, monseñor Azpiroz Costa expresó: "Se te ordena sacerdote para que enseñes al pueblo a elegir, no para imponer esa elección pero enseñar. Que tu disponibilidad sea la del pueblo que estás llamado a apacentar a aquellos que te serán confiados. El Señor te llama a elecciones que han de incidir cualitativa y profundamente como fuerzas que orientarán la vida tuya y la de tu pueblo".

Más adelante, destacó: "La Iglesia es madre y maestra, fuente que a través de la Eucaristía y los canales sacramentales ofrece la gracia", y dirigiéndose al neopresbítero anheló "que ese sentido eclesial madure en tu vida", al tiempo que reconoció: "Ya madura desde siembras fecundas que vienen de lejos y que a su vez generan nuevas cimientes: el seminario, la pastoral cuando eras seminarista, el Santuario de Luján, las misiones con tus hermanos seminaristas y ahora se proyectan en las parroquias en las que estás trabajando, las que espero sirvas con generoso corazón: Sagrado Corazón, María Auxiliadora y lo que venga; la Acción Católica, los Hogares de Cristo, la Pastoral Social y Juvenil, una sola familia: la Iglesia", enumeró.

"Que hagas tuya las palabras de San Pablo VI, me gusta repetirlas porque me hacen bien, nos hacen bien, 'puedo decir -refiriéndose a la Iglesia- que siempre la he amado. Fue su amor quien me sacó de mi mezquino y selvático egoísmo y me encaminó a su servicio. Y para ella, la Iglesia, no para otra cosa, me parece haber vivido. Pero quisiera que ella lo supiese y que yo tuviera la fuerza de decírselo como una confidencia del corazón, que sólo en el último momento de la vida se tiene el coraje de hacer. Abarcándola en toda su historia, en su designio divino, en su destino final, en su compleja total y unitaria composición, en su consistencia humana, imperfecta, en sus desdichas y sufrimientos, en sus debilidades y en las miserias de tantos hijos e hijas suyos. En sus aspectos menos simpáticos y en su esfuerzo perenne de fidelidad, amor, perfección, caridad. Quisiera abrazarla, saludarla, amarla y bendecirla".

Y concluyó sus palabras aconsejando: "Que tu ministerio ayude a iluminar evangélicamente, política, economía, a los laicos que te rodeen para que haya tierra, techo y trabajo para todos; para reunir en su propio suelo, su pastizal, aguas tranquilas, para reunirnos en el descanso porque Él será el descanso para vendar, curar y apacentar. Que seas y despliegues, un pastor que conduzca, repare, guíe, busque, en una pastoral de la cercanía, de la compasión y de la ternura. Y no confundas firmeza y severidad, con maltrato, gritos y dedos apuntados a las narices, sino todas las manos para que nadie quede rezagado y para que sepas que tu pueblo también tiene su instinto de fe. Felicidades".

Manuel Adán Caraballo es oriundo de Colonia Catriel (provincia de Río Negro). Antes de ingresar al seminario formaba parte de una banda de rock y estudió abogacía durante algunos años. Su conversión lo llevó a la Acción Católica y al movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, lugares donde descubrió la vocación sacerdotal.

Actualmente se desempeña como vicario de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la Pastoral Social y en los Hogares de Cristo.+