Seminaristas de San Luis celebran la Exaltación de la Cruz en un monasterio

  • 16 de septiembre, 2021
  • Merlo (San Luis) (AICA)
Participaron de una convivencia en el monasterio Santa María en la Santísima Trinidad, de Merlo, donde el obispo Gabriel Barba presidió la misa y los invitó a aceptar las propias cruces.

Los seminaristas de la diócesis de San Luis participaron el lunes 13 de septiembre de un convivencia con sus formadores y el obispo local, monseñor Gabriel Barba, en el monasterio Santa María en la Santísima Trinidad, en la ciudad sanluiseña de Merlo, donde también celebraron la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

Las monjas también rezaron y participaron de la celebración eucarística que presidió monseñor Barba.

En la homilía el prelado recordó que "la Cruz es la Cruz. La muerte es la muerte. El dolor es el dolor, al punto que, en Jesús, el punto, el culmen, de su máxima oscuridad lo tuvo en la Cruz" y pidió no olvidar nunca "ese grito desgarrador que nace de su corazón: 'Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”´.

"La Cruz es la Cruz… La Cruz no se provoca. La Cruz no se inventa. La Cruz no se busca", repitió, y agregó:  "Si hay alguien que busca la cruz, es un enfermo… La Cruz hay que aceptarla. La verdadera Cruz es la que no hemos elegido y en la que necesitamos ayuda para cargarla, porque nunca podemos solos".

Monseñor Barba invitó a pedir en esta Eucaristía que cada uno sepa aceptar sus cruces y enumeró: "Puede ser con dolor, puede ser con lágrimas". Asimismo, exclamó: "¡Ojalá podamos hacerlo con alegría por la fuerte esperanza!, pero que sepamos aceptar la Cruz, insisto, que no elegimos, la Cruz que es fruto de la historia, pero especialmente la Cruz que es fruto del SÍ, para que también nuestras cruces se transformen en intercesoras y completen y acompañen a Jesús en este camino de Amor que Él tuvo con nosotros".

"Nuestra cruz nos tiene que llevar a la alegría. Nuestra cruz nos tiene que llevar a la vida, porque esa Cruz que se levanta y se convierte en árbol de Vida es la Fuente de nuestra esperanza. Si en nuestra vida, en nuestra mirada, no hay esperanza, o hay tristeza o hay pesimismo, quiere decir que algo falló, que no llegamos a ese punto de cocción que Dios va haciendo de nuestra vida, ese pan vivo que se entrega como alimento", sostuvo.

"Vamos a pedir también por nuestra Diócesis de San Luis que venimos celebrando como hicimos ya hace poquito, en Pentecostés. Este Pentecostés también trae una Cruz concreta, particular e histórica… Que nos ayude a asumir la Cruz, que nos toque como signo de fidelidad…, a ese Sí que cada uno va diciendo a su propio llamado. ¡Una Cruz que nos lleve a la Comunión! ¡Una Cruz que nos lleve a la Vida! ¡Una Cruz que nos lleve a la alegría!", añadió.

Monseñor Barba finalizó su reflexión pastoral pidiendo: "¡Qué Dios nos dé la gracia de vivir una vida de resucitados porque asumimos con fidelidad la cruz que nos ha sido dada!".+