El Papa reiteró que el aborto es un homicidio y llamó a ser una Iglesia compasiva

  • 15 de septiembre, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Quien hace un aborto mata, asesina, sin medias palabras. Es peor que un homicidio", precisó el pontífice en el vuelo de regreso de Eslovaquia en su tradicional diálogo con los periodistas.

Aborto, vacunas, matrimonio, Europa, antisemitismo, son algunos de los temas que el papa Francisco abordó en su tradicional diálogo con los periodistas acreditados en su vuelo de regreso a Roma, tras su visita apostólica a Budapest y Eslovaquia de cuatro días.

Consultado sobre la comunión a los políticos que aprueban leyes sobre el aborto, recordó que el aborto es un homicidio y llamó a ser una Iglesia cercana, que no condena.

“El aborto, dijo el pontífice, es más que un problema, es un homicidio, quien aborta mata, sin medias palabras. Tomen cualquier libro de embriología para estudiantes de medicina. La tercera semana después de la concepción, todos los órganos ya están ahí, incluso el ADN, es una vida humana, esta vida humana debe ser respetada, ¡este principio es tan claro!”, aseveró.

“A los que no pueden entenderlo, acotó, les haría esta pregunta: ¿Es correcto matar una vida humana para resolver un problema? ¿Es correcto contratar a un sicario para matar una vida humana? Científicamente es una vida humana. ¿Es correcto sacarlo para resolver un problema?” 

El pontífice explicó que “por eso la Iglesia es tan dura en este tema porque si acepta esto es como si aceptara el homicidio diario”. 

"El aborto es un homicidio" la Iglesia no cambia su posición, pero "cada vez que los obispos manejaron un problema no como pastores han tomado partido por el lado político", advirtió Francisco dialogando con los periodistas en el vuelo que de Bratislava lo llevó de regreso a Roma, al final de su viaje apostólico de cuatro días a Budapest y Eslovaquia.

En referencia a su reciente visita a Budapest, Francisco agradeció: “Son muchos los valores de los húngaros, me llamó la atención el sentido del ecumenismo con una gran profundidad”, dijo el Papa. 

Sobre el papel de la Unión Europea en el mundo, el Papa advirtió que se puede convertir “en una oficina de gestión" y pidió que se vuelva "al sueño de los padres fundadores". Una posición coherente con el discurso que ha pronunciado ante las autoridades eslovacas, hablando de la necesidad de una Europa "solidaria" para "volver al ser el centro de la Historia".

"No puede ser sólo una oficina de gestión. Tiene que ir propiamente a la mística, buscar las raíces de Europa y llevarlas para adelante", explicó el Papa, que criticó que "hay algunos intereses quizá no europeos que intentan usar la UE para las colonizaciones ideológicas y eso no va, tiene que ser independiente de sí misma".

Sobre la pandemia y el proceso de vacunación en el que nos encontramos inmersos, el Santo Padre reiteró su posición favorable, y evocaba su época de niño, cuando “nos ponían la vacunas y nadie decía ni mu”.

A juicio de Francisco, los antivacunas se han dejado llevar “por la incertidumbre y por la gran diversidad de vacunas, algunas con fama de ser incluso agua destilada".

“Hay otros -agregó- que dicen que es un peligro porque dicen que con la vacuna se te mete el virus dentro, incluso en el Colegio de Cardenales hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobrecito, está hospitalizado con el virus. La ironía de la vida. No puedo explicarlo bien, algunos dicen que porque las vacunas no están suficientemente probadas”. 

“En este punto, el pontífice aclaró que en el Vaticano “estamos todos vacunados menos un pequeño grupo que estamos estudiando cómo ayudarlos".

Familia y matrimonio
Otra de las cuestiones que los periodistas plantearon a Francisco fue sobre la familia, donde el Sucesor de Pedro recordó una vez más que el matrimonio como sacramento es la unión entre un hombre una mujer, por lo que a otro tipo de unión no se le puede llamar matrimonio.

En cualquier caso, Su Santidad se mostró partidario de impulsar leyes civiles que defiendan los derechos de los homosexuales, pese a que nunca pueda ser considerado matrimonio.

"El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se pueden", aclaró Francisco.

El Papa añadió que, “si una pareja homosexual vive en común, los estados tienen la posibilidad de darles una seguridad civil, pero el matrimonio es el matrimonio. Eso no significa que haya que condenarlos. Son hermanos nuestros y hay que acompañarlos, pero el matrimonio como sacramento es claro”, remarcó durante la rueda de prensa.

La Eucaristía
“Nunca he negado la Eucaristía a nadie”, afirmó Francisco en respuesta a un periodista y reconoció que “¡no sé si alguien no estaba en condiciones de recibirla! Esto como sacerdote. Nunca he sido consciente de tener delante a una persona que manifiestamente no pudiera recibir la Eucaristía”, contó el pontífice

Francisco contó al respecto una anécdota que le sucedió siendo arzobispo de Buenos Aires: “La única vez que me pasó algo bonito fue cuando fui a celebrar la misa en una residencia de ancianos, estaba en la sala y dije: ¿Quién quiere la comunión? Todos los ancianos levantaron la mano. Una ancianita levantó la mano y tomó la comunión y dijo: "Gracias, soy judía". Y le dije: "¡Lo que te he dado también es judío!".

"La comunión no es un premio para los perfectos – pensemos en el jansenismo –, la comunión es un don, un regalo, es la presencia de Jesús en la Iglesia y en la comunidad. Entonces, los que no están en la comunidad no pueden comulgar, como esta señora judía, pero el Señor quiso premiarla sin que yo lo supiera”.

En relación a su mensaje advirtiendo sobre el antisemitismo, el pontífice reiteró: “El antisemitismo está resurgiendo, está de moda, es algo muy, muy feo”, lamentó el pontífice.+