Mons. Ojea: "Hay que escuchar de verdad lo que hay detrás de las palabras"

  • 5 de septiembre, 2021
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Que el Señor nos enseñe cada día a escuchar bien para poder expresarnos mejor", pidió el obispo de San Isidro en su reflexión semanal.

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, reflexionó este domingo sobre la curación del sordomudo según el Evangelio de san Marcos.

"El Señor lo lleva aparte al sordomudo, le va a dar un trato personal, se va a dedicar a su persona, lo saca de la multitud; es un milagro en el cual el Señor compromete su propio cuerpo. Dice el texto que con sus dedos le tocó los oídos; hay un compromiso del cuerpo de Jesús en el milagro. ¿Qué significa este gesto? Es llevar calidez, llevar calor a esos oídos para que puedan destrabarse”, explicó.

“En esta pandemia hay tantas cosas que nos han aislado. Nosotros hemos perdido capacidad de comunicación en esta pandemia. La hemos buscado por los medios, por las redes, pero hemos perdido comunicación interior, nos hemos ido aislando”, advirtió.

El prelado sanisidrense expresó: “Este hombre enfermo no podía escuchar, sobre todo nosotros no podemos escuchar o nos cuesta escuchar aquellas cosas que vienen a los gritos con violencia, con deseo de aniquilación; hay tantas palabras que hieren, que duelen, que lastiman en su modo y en su contenido porque el hablar también tiene su modo, entonces nos cerramos a escuchar y no queremos escuchar más nada“.

“Allí viene el Señor, con sus manos destraba esos oídos porque les da el calor del amor, es una invitación a animarnos a escuchar, animarnos a confiar en Él y escuchar qué es lo que está pasando a nuestro hermano. Escuchar de verdad lo que hay detrás de las palabras, cómo poder escuchar lo que hay detrás de las palabras. Una madre cuando llora un niño sabe perfectamente; llora porque tiene hambre o llora porque está molesto, llora porque tiene sueño, la mamá sabe lo que hay detrás de la palabra. El cristiano también al aprender a escuchar, al destrabar sus oídos, tiene que aprender a escuchar qué pasa con mi hermano, con mi hermana, qué pasa detrás de sus palabras, qué está pasando en su corazón”, señaló.

“Finalmente le destraba la lengua; con su saliva le toca la lengua; la saliva es símbolo de la intimidad, es como el seno materno en la antigüedad, la saliva, la secreción interna; El Señor quiere significar con esto: anímate a hablar, anímate a ser vos mismo, no tengas miedo de expresar lo que pensás, lo que sentís. No tengas miedo de hablar. Tantas veces pensamos si digo esto voy a estar desencaminado, si digo lo otro también. Nuestros hermanos y hermanas necesitan que nosotros podamos expresar con sinceridad nuestro pensamiento y de este modo el sordomudo, incomunicado, pasa a unirse a la comunidad. El Señor suspira, mira al cielo, primero como un eco de todas las palabras, suspira como indicando de esta manera que se consustancia, que su espíritu es uno con aquel que está expresando lo que siente y lo que quiere y entonces termina la curación; el hombre aislado es comunicado, puede comunicar, puede escuchar y puede transmitir”.

Monseñor Ojea finalizó rezando: “Que el Señor nos enseñe cada día a escuchar bien para poder expresarnos mejor. Que Dios los bendiga”.+