Referente educativo del Consudec anima a participar de la Asamblea Eclesial

El padre Walter Paris, sacerdote de la arquidiócesis de Bahía Blanca, la define como "un gran acontecimiento" y motiva a las escuelas y docentes a seguir manteniendo vivo su foco evangelizador.

El padre Walter Paris, sacerdote de la arquidiócesis de Bahía Blanca, explica cómo participar desde la pastoral educativa del tiempo de escucha de la Asamblea Eclesial para América Latina y el Caribe.

“Un evento promovido por el papa Francisco que convoca ‘a todos, no solo a obispos o religiosos’ y que ‘llama a la audacia de un proceso continental de escucha’ en el que pueden participar las escuelas”, subraya en un artículo publicado en la revista del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec).

El sacerdote hace memoria agradecida de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y el Caribe en Aparecida, donde en 2007 se realizó ese acontecimiento eclesial “sin precedentes; abierto, sensible, sinodal, materno, y muy participativo” e indica: “Allí habló la Iglesia que se piensa desde el umbral de un cambio de época”.

“Un cambio de época que hoy recrudece con la pandemia, y nos desafía en más de un sentido”, sostiene.

“En este contexto, la escuela católica se empeña en mantener vivo su foco principal que es la evangelización y la transmisión de la fe en compañía de los padres, las familias, articulando su diálogo con la sociedad y el mundo”, asegura.

El padre Paris subraya que “retomando todo lo que se habló sobre pastoral educativa en los últimos cursos de rectores, el papa Francisco convoca ahora a esta asamblea eclesial, señalando a los obispos de América latina y el Caribe que Aparecida “todavía tiene mucho más para profundizar”.

“Es muy interesante lo que el Papa nos propone; porque la sinodalidad, desde lo metodológico y como resultado implica un camino más lento. A veces es más fácil que venga alguien y diga todo lo que hay que hacer o que baje línea. Pero el Papa nos dice que así no es la Iglesia. La Iglesia es una gran familia donde todos somos coresponsables, coconstructores y creadores con Dios”, puntualiza.

El texto completo del artículo en la revista Consudec.+