En atípica fiesta, piden paz, salud y trabajo a San Cayetano

  • 7 de agosto, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Con la imagen del santo en el atrio del santuario de Liniers, los peregrinos se acercan para pedir y agradecer. Mons. Ares rogó por "una cultura del trabajo donde aprendamos unos de otros".

La fiesta de San Cayetano se vive de forma atípica en el santuario del barrio de Liniers, donde miles de peregrinos se acercan para pedir y agradecerle al santo con la imagen expuesta en el atrio del templo y cumpliendo un estricto protocolo de distancia social en la fila de acceso.

El padre Lucas Arguimbau, rector del santuario de San Cayetano, explicó que es una fiesta “distinta, desde la virtualidad, con misas, bendiciones y oraciones transmitidas por las redes sociales del santuario”.

Los peregrinos pasan delante de la imagen del santo, se detienen un instante y hacen un oración, y prosigue el avance de la fila ordenada al aire libre y con distancia social.

 

La fiesta con el lema “San Cayetano con corazón agradecido, te pedimos paz, salud y trabajo” comenzó la tarde de ayer cuando la imagen del santo se exhibió en el atrio, a la vista de todos los que pasan por el santuario de Cuzco 150.

Oficialmente la celebración en honor al santo patrono de la Providencia comenzó a la hora cero y la primera misa de la jornada -transmitida por las redes sociales- presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares, quien en su homilía desgranó el significado del lema de este año surgido de las intenciones de los peregrinos.

El prelado renovó la invitación a acudir al santuario de Liniers durante todo el mes, para pedir, agradecer y cumplir las promesas hechas al santo.

“Sí, con corazón agradecido. En medio de este más de año y medio de pandemia, incluso en el dolor, damos gracias”, subrayó sobre la primera frase del lema.

Al referirse al pedido de paz, monseñor Ares afirmó: “La paz es una de las notas fundamentales para caminar hoy en la santidad, le pedimos a Jesús su misma mansedumbre, el aguante, diríamos hoy; no porque me lo aguanto todo, el vale todo, sino porque soy pacífico en el corazón, porque enfrento las cosas desde la paz de Dios”.

“También le venimos a pedir salud, recordando que Jesús carga la cruz de la enfermedad, de la incertidumbre, la cruz de la depresión. El Señor nos está dando salud porque Él es la salud, porque Él es la salvación”, aseguró.

Por último, monseñor Ares se refirió al “gran don del trabajo” y precisó: “El trabajo no es aquello que me da alguien para que yo pueda sostener a mi familia, el trabajo lo genero yo y los otros me da un empleo; pero el trabajo es lo que hacen mis manos, mi creatividad, mi voluntad, es cooperar con Dios creador. Por eso, Jesús dice: ‘aprendan de Mí’. Jesús aprendió en su casa, con María, con San José. Jesús fue carpintero y además todos los ejemplos de sus parábolas han sido del trabajo cotidiano, de la cosecha, la siembra, de las cosas que hace el hombre para que todos podamos compartir los bienes de Dios y es eso justamente lo que le pedimos a San Cayetano”.

“Te pedimos trabajo para todos, una cultura del trabajo donde aprendamos unos de otros, que sea una educación integral e integradora como familia, que este aprender sea formarse, dejarse modelar por Jesús. Por eso, San Cayetano venimos así, con un corazón agradecido, te pedimos paz, salud y trabajo”, concluyó.+