Domingo de Guzmán, un santo intemporal y fuente de inspiración

  • 6 de agosto, 2021
  • Bolonia (Italia) (AICA)
De ese modo recordaron los frailes de la Orden de Predicadores a su fundador, durante la misa por el 800 aniversario de su muerte celebrada en la basílica de Santo Domingo de Bolonia.

El cardenal Matteo Maria Zuppi presidió el 4 de agosto la misa jubilar por el 800 aniversario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, en la basílica de Santo Domingo de Bolonia, Italia.

La Eucaristía fue concelebrada por el padre Gerard Francisco Timoner OP, maestro general de la Orden, quien predicó la homilía y recordó el mensaje del papa Francisco a la Orden por esa conmemoración: "Entre los títulos atribuidos a Santo Domingo, "Praedicator gratiae", 'Predicador de la Gracia' destaca por su consonancia con el carisma y la misión de la Orden que fundó".

"Este es nuestro don a la Iglesia: la 'gracia de la predicación' y la 'predicación de la gracia', es decir, el anuncio de Dios, la Gracia increada, que se entrega a la humanidad. Al cultivar y compartir este carisma y misión, Domingo se convirtió en una verdadera Luz de la Iglesia", puntualizó el fraile.

"En estos tiempos difíciles en los que la gente parece perder la esperanza, Santo Domingo nos ofrece "spem miram", una esperanza maravillosa", agregó el padre Timoner.

 La hoja de ruta del fundador 
Es el 6 de agosto de 1221. Agotado por la fatiga, Domingo murió en el convento de Bolonia. Había nacido en 1170 en Caleruega, España, dedicó su vida a las Sagradas Escrituras, a los pobres y a la oración. De joven se aplicó a sus estudios. Se encontraba en la ciudad de Palencia cuando, sacudido por la miseria y el sufrimiento causados por el hambre, vendió sus libros para ayudar a los pobres.

Tras ser ordenado sacerdote, fue elegido canónigo del cabildo catedralicio de su diócesis natal, Osma. A principios de los años 1200, fundó la Orden de los Frailes Predicadores para difundir y defender, mediante el ministerio de la predicación, las verdades de la fe católica. La naturaleza específica de la Orden es resumida por Santo Tomás en la fórmula "contemplata aliis tradere": transmitir a otros las cosas contempladas.

El retrato de Santo Domingo se condensa en las palabras del Beato Jordán de Sajonia, su sucesor en la dirección de la Orden de Predicadores: "Inflamado por el celo de Dios y el ardor sobrenatural, por tu caridad sin límites y el fervor de tu espíritu vehemente", escribió el beato Jordán de Sajonia, "te consagraste enteramente con el voto de pobreza perpetua a la observancia apostólica y a la predicación evangélica".

Santo Domingo, contemporáneo de San Francisco de Asís, fue canonizado por el papa Gregorio IX el 3 de julio de 1234.

Tras las huellas de Santo Domingo
Hoy hay unos cinco mil dominicos en 80 países. La familia religiosa incluye también a las monjas dedicadas a la vida contemplativa y a las hermanas dedicadas al apostolado. Entre los hijos ilustres de Santo Domingo se encuentran Santo Tomás de Aquino y Francisco de Vitoria, uno de los padres del derecho internacional.

"El camino tras las huellas de Santo Domingo serpentea entre los caminos del Evangelio y los del mundo", dijo fray Timoner a Vatican News, subrayando que Santo Domingo es un santo "intemporal".

Al ser consultado sobre cómo realizan los dominicos, en este tiempo también sacudido por la pandemia, su misión en las periferias, en las fronteras, no sólo geográficas, el religioso respondió: "Tenemos hermanos y hermanas que trabajan en estas periferias, por ejemplo en la frontera entre la humanidad y la inhumanidad, en la frontera de la justicia y la paz".

"En todo el mundo tenemos hermanos y hermanas que trabajan en esta frontera. En Ginebra, en las Naciones Unidas, tenemos una oficina llamada 'Dominicos por la Justicia y la Paz'", agregó.+