El fondo creado por el Papa ayudó a más de 2.500 romanos durante la pandemia

  • 4 de agosto, 2021
  • Roma (Italia) (AICA)
El pontífice invitó a las instituciones y a los ciudadanos a compartir en modo generoso en este tiempo extraordinario y lleno de necesidades

El Vicariato de Roma presentó en rueda de prensa los resultados de la ayuda que se prestó gracias al fondo “Jesús Divino Trabajador” que fue instituido por el Santo Padre en junio de 2020 para “apoyar a quienes han sido más golpeados por la crisis económica ocasionada por la pandemia de la covid-19”.

El objetivo, basado en la intuición y las indicaciones del Papa, era ayudar a quienes "lo han perdido todo" a causa del Covid a obtener subsidios, ayudas a la subsistencia y a reintegrarse en el mundo laboral. Pero el "efecto colateral" ha sido un trabajo profundo de escucha y cercanía, por parte de la Iglesia, pero también de las instituciones, para sacar a muchas personas del abismo de soledad al que el encierro y otras medidas restrictivas los han llevado. 

Los resultados, un año después de su puesta en marcha, fueron presentados el 3 de agosto en una conferencia en el Salón de los Emperadores del Vicariato de Roma, por el viceregente, monseñor Gianpiero Palmieri, la alcaldesa Virginia Raggi y el presidente de la Región del Lacio, Nicola Zingaretti, introducidos por monseñor Benoni Ambarus, exdirector de Cáritas diocesana, que habló de una "hermosa aventura", signo de "profecía" y "testimonio".

En concreto, según las cifras oficiales, gracias al fondo del Papa en la Cáritas de Roma se realizó el proyecto “Alianza para Roma”, en el que se apoyó a más de 2.500 personas” y “se han presentado 920 solicitudes”. 

Además, se propusieron “tres tipos de medidas: subsidios, ayudas a la renta e inserción laboral”. Asimismo, este fondo contó con la participación de 400 voluntarios en 75 centros territoriales de “escucha” en toda Roma. 

Monseñor Ambarus, explicó que este proyecto quiso “ser un signo, portador de una profecía y de un testimonio” y añadió que este año actuó con la conciencia del valor de los “cinco panes y dos peces”.

“Estamos contentos y orgullosos de poder relatar cómo conseguimos experimentar el milagro de la multiplicación. Las comunidades se hicieron más conscientes de lo que ocurría y, al conocer a las personas, a las familias, ofrecieron no solo recursos económicos o caminos hacia el trabajo, sino también compañía, relaciones, acompañamiento. Todos fuimos más conscientes de que juntos podemos hacer mucho, que con un poco podemos hacer mucho”, indicó el obispo auxiliar de Roma.

Finalmente, monseñor Ambarus, concluyendo la presentación, alabó la fuerza de todas las mujeres que, en el peor momento de la pandemia, fueron las primeras en poner la cara para ayudar a las familias. 

El objetivo del fondo: resaltar la dignidad del trabajo
El fondo fue instituido por el Papa en una misiva con fecha del 8 de junio de 2020, en la que describió los motivos de la creación del fondo que contó con la donación inicial de un millón de euros a Cáritas Roma. 

“He decidido instituir en la diócesis el fondo ‘Jesús divino trabajador’ para resaltar la dignidad del trabajo, con una financiación inicial de un millón de euros”, escribió el Santo Padre en la carta en la cual exhortó a todos a contribuir con generosidad y solidaridad a los de “la puerta de al lado”.

Este fondo “quiere ser un signo capaz de llamar a todas las personas de buena voluntad a ofrecer un gesto concreto de inclusión sobre todo hacia los que buscan consuelo, esperanza y reconocimiento de sus propios derechos”, indicó el Papa.

“Mi pensamiento se dirige a la gran fila de trabajadores a jornada y ocasionales, a aquellos con contrato no renovado, a los pagados por hora, a los becarios, a los empleados domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos, especialmente a los de los sectores más golpeados. Muchos son padres y madres de familia que con cansancio luchan para poder poner la mesa para sus hijos y garantizarles lo mínimo necesario”, afirmó el Santo Padre.

Por ello, el Papa dijo que “me gusta pensar que puede transformarse en la ocasión de una verdadera alianza a favor de Roma en la que cada uno, se sienta protagonista del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis”. Añadió que “la Iglesia en nuestra ciudad está presente y acompaña con su caridad a los débiles y está lista para colaborar con las instituciones ciudadanas y con todas las realidades sociales y económicas”.

En este sentido, el pontífice invitó a “las instituciones y a los ciudadanos a compartir en modo generoso lo que tienen a disposición en este tiempo extraordinario y lleno de necesidades. Me dirijo al buen corazón de todos los romanos exhortándolos a considerar que en este momento no basta compartir solamente lo superficial”. 

También animó a los sacerdotes de la diócesis “a ser los primeros en contribuir en este fondo” y a promover con entusiasmo la generosidad de las personas de sus comunidades.+