A 37 años de su muerte, recuerdan a monseñor Alberto Devoto

  • 30 de julio, 2021
  • Goya (Corrientes) (AICA)
Monseñor Adolfo Canecín hizo memoria agradecida del primer obispo de Goya y destacó las virtudes y características de su pastoreo que hicieron que fuera considerado un "Apóstol de los pobres".

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, presidió una misa en el paraje El Carmen, sobre la ruta nacional 12, lugar del accidente donde murió monseñor Alberto Pascual Devoto, denominado de las tres cruces, y concelebraron los presbíteros Juan Carlos Mendoza y Rubén Cattay.

Luego, al atardecer en la catedral Nuestra Señora del Rosario, el prelado encabezó otra celebración eucarística en recuerdo del primer obispo diocesano, acompañado por el vicario general, presbítero Juan Carlos López. Allí, rezó un responso ante la tumba de monseñor Devoto.

En el marco del Año Jubilar Diocesano, por los 60 años de la creación de esta jurisdicción eclesiástica, monseñor Canecín hizo memoria agradecida de la figura de monseñor Devoto, muy ligada a las virtudes y características que hicieron posible que el primer obispo diocesano fuera considerado un "apóstol de los pobres", por su compromiso con los derechos humanos, la demostración de cercanía hacia los más pobres, la visita a los encarcelados y sus votos de pobreza”.

Monseñor Canecín redimensionó el compromiso de su antecesor con su pueblo, al afirmar: “Como cristianos nos duele cuando un ser querido parte de este mundo, hace su pascua, pero también ponemos el acento no tan solo en la dimensión de partida sino en lo que comienza y, por eso, celebramos fiesta, por lo que comenzó el padre obispo Alberto junto a Argentino Ojeda y Mari Romero, que acompañaban a él ese día en el auto, ellos comenzaron la fiesta del Reino”.

Parafraseando al fallecido sacerdote chamamecero Julián Zini, el prelado afirmó: “Que la vida es una, que se hace eternidad”, pidiendo a Dios que “concedió el ministerio episcopal al obispo Alberto Devoto, y lo contó entre los sucesores de los apóstoles, les conceda compartir con ellos la gloria eterna” al hacer memoria agradecida a los 37 años de su pascua.

Hizo referencia a la primera lectura que se leyó donde “Moisés estuvo contemplando a Dios y su rostro resplandecía” y en esa línea dijo que en las Sagradas Escrituras “el resplandor habla de la luz y, si el rostro de Moisés resplandecía era porque estaba hablando con Dios” y relacionó: “Seguramente algo así le pasó a monseñor Alberto Devoto y a cada uno de los padres conciliares” cuando “supieron vivir durante varios años la experiencia de aquel Pentecostés” del Concilio Vaticano II.

“Seguramente todos los padres conciliares cuando regresaban a sus diócesis volvían como transfigurados, después de haber estado con el Señor y con los hermanos, en la presencia de Dios en ese Pentecostés que fue el Concilio Vaticano II” reiteró.

Monseñor Canecín subrayó que el primer obispo “intentó responder a la voluntad del Señor” por eso, se propuso “vivir un estilo de vida y generó una Iglesia, que era la diócesis naciente, con ese estilo” a veces “incomprendido”.

"Alberto Devoto fue un pastor fiel", dijo el obispo y renovó el llamado a "mantener viva su memoria" que ayudará a hacer un discernimiento comunitario" y animó a imitar su "fidelidad a la Palabra de Dios".

“La mejor manera que tenemos hoy nosotros de hacer memoria y de honrar la memoria de nuestro primer obispo, es un compromiso: la Iglesia que el Señor Jesús soñó para esta etapa de la historia. Queremos ser esa Iglesia que Cristo soñó al fundar”, enfatizó y remarcó el lema del año jubilar, diciendo: “Por eso hoy el lema nos dice ´Vayan juntos y testimonien mi vida´ que sintetiza todo un modo y proyecto de entender la Iglesia, en plena sintonía con aquello que viene de la época del padre obispo Alberto”.

En el contexto del Año Jubilar, monseñor Canecín animó a los fieles a hacer un “retorno” al Concilio Vaticano II, por eso el objetivo diocesano es “ser una Iglesia que convoque a todos los bautizados, una Iglesia Pueblo de Dios”.

Asimismo, reiteró su llamado a “todos los bautizados a ser protagonistas” de acuerdo a su “don, talento y capacidad”.

“Hoy nos encendemos con la propuesta del papa Francisco, de una Iglesia que camina junto con estilo sinodal” con la propuesta de la “pirámide invertida” donde la jerarquía este abajo, porque esa es la “concepción” del Evangelio y del Concilio Vaticano II.

“Los que integramos el ministerio jerárquico estamos en la punta, pero, abajo y, esa es la Iglesia que Jesús soñó al fundar” y es el legado de los obispos predecesores", puntualizó.

Monseñor Canecín concluyó señalando que ese es el “desafío” y es el mejor homenaje que “tenemos hoy para el padre obispo Alberto Devoto y, de todos los que nos precedieron y ya se adelantaron. Ellos intentaron responder y se jugaron la vida” y “hoy nos toca a nosotros”.

Monseñor Devoto falleció trágicamente en la madrugada del 28 de julio de 1984, cuando circulaba por la ruta 12 a la altura del paraje El Carmen y un ómnibus impactó de frente el vehículo en el que viajaba. Murieron también en el accidente Argentino Ojeda, miembro de la Pastoral Juvenil, y Mari Romero, delegada de las comunidades eclesiales de base de la ciudad de Esquina.+