Los obispos españoles consideran urgente "una gran renovación espiritual y cultural"

  • 28 de julio, 2021
  • Madrid (España) (AICA)
Publican el documento "Fieles al envío misionero" con las orientaciones y las líneas de acción del episcopado español para los próximos cinco años.

“Urge una gran renovación espiritual, cultural y política”, afirman los obispos españoles en sus nuevas ‘Orientaciones y líneas de trabajo para la Iglesia española en los próximos cinco años’. 

El documento de 95 páginas, que fue dado a conocer el martes 27 de julio, será el eje de la acción de la Conferencia Episcopal Española (CEE), del que se aclara que no es un plan pastoral, labor que corresponde a “cada obispo en sus respectivas diócesis”.

El texto, titulado 'Fieles al envío misionero' fue aprobado por la Asamblea Plenaria con las orientaciones y las líneas de acción para la CEE en el período 2021-2025. 

Es fruto de un ejercicio de discernimiento compartido por los obispos, los órganos colegiados de la CEE y los colaboradores, para aproximarse a la realidad social y eclesial y sugerir unas orientaciones pastorales que han realizado, a lo largo de varios meses de diálogo.

El documento comienza con una reflexión sobre el modo de realizar el mandato del Señor, «Vayan y anuncien el Evangelio», en la actual sociedad española, a la luz del impulso dado por el papa Francisco para, en modo sinodal, descubrir juntos, como pueblo peregrino y en misión, el paso y la voluntad de Dios en este tiempo.

Ante los desafíos del cambio de época y el continuo dinamismo de este tiempo, los obispos proponen una dinámica de salida misionera que brota de la alegría de la misericordia.

Los prelados advierten que se ha dado un gran cambio social que generó una sociedad desvinculada, desordenada e insegura en la que crece la desconfianza y el enfrentamiento.

En este contexto tan transformador, es necesario seguir afirmando que la vivencia religiosa, la fe en Dios, aporta claridad y firmeza a las valoraciones éticas.

“Esta situación, indica el texto, es un momento histórico de fuerte llamada a la renovación para la humanidad y para la Iglesia. La misión evangelizadora de la Iglesia en España se encuentra con dos tipos de dificultades: unas vienen de fuera de la cultura ambiental; otras vienen de dentro, de la secularización interna, la falta de comunión o de audacia misionera”.

Los prelados destacan que “el discernimiento y la sinodalidad quieren ser los ejes espirituales y metodológicos de su reflexión, de los criterios y orientaciones y de nuestras acciones en la Conferencia Episcopal Española en los próximos cinco años".

El momento presente
El documento destaca que el contexto actual muestra un gran cambio social que generó una sociedad desvinculada, desordenada e insegura en la que crece la desconfianza y el enfrentamiento. 

La cultura relativista dominante abre el camino para un capitalismo moralista que no solo regula la producción y el consumo, sino que impone valores y estilos de vida. 

El mismo relativismo disuelve los valores absolutos e impide los juicios universales, todo está en función de la percepción subjetiva y de los intereses de los grupos de poder. 

En el origen de este proceso transformador está un empobrecimiento espiritual y una pérdida de sentido que lleva a vivir en un nihilismo sin drama. El olvido de Dios, la indiferencia religiosa, la despreocupación por las cuestiones fundamentales sobre el origen y destino trascendente del ser humano, determinan el comportamiento moral y social de las personas. 

Los obispos españoles subrayan que “en este contexto tan transformador0, es necesario seguir afirmando que la vivencia religiosa, la fe en Dios, aporta claridad y firmeza a las valoraciones éticas, la vida humana se enriquece con el conocimiento y aceptación de Dios, que es Amor y nos mueve a amar a todas las personas”.

El contexto social y eclesial
La pandemia puso de manifiesto muchos problemas ya existentes: personas sin hogar, ancianos solos y residencias con carencias, inmigrantes en condiciones inhumanas, formas de vida y diversión. También la crisis de la democracia representativa y los límites del Estado autonómico; populismos identitarios que tienden a exacerbarse. 

A la vista de todo ello, los obispos señalan esta situación como un momento histórico de fuerte llamada a la renovación para la humanidad y para la Iglesia.

Para salir al paso de esta situación es preciso el concurso de todos. La sinodalidad y el discernimiento deben ser los ejes espirituales y metodológicos del proceso que permita afrontar los retos señalados. 

Al mismo tiempo, es preciso acoger el desafío misionero como llamada a dar testimonio: conversión pastoral para una salida misionera

Plan de acción
Ocho son las propuestas de trabajo fundamental para el Episcopado en este quinquenio, entre los que destaca que se haya incluido como prioridad la puesta en marcha de medidas de atención “a las víctimas de abusos, la sanción de los culpables y la prevención de todo tipo de abusos”. 

Junto a ellas, se fija en lista preferente respaldar al laicado, renovar la formación sacerdotal, aplicar ‘Amoris laetitia’ en la pastoral familiar, una Iglesia pobre y para los pobres, reforzar la catequesis de iniciación cristiana, cuidar la piedad popular y atención a las personas con discapacidad.

La CEE concluye sus líneas pastorales afirmando que “la mirada sobre el contexto cultural y social y la visión que nos ofrece la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia nos sitúan como Iglesia que, a pesar de su pequeñez y miseria, se reconoce enviada por el Señor a anunciar la Buena Nueva a nuestros contemporáneos. Somos los testigos de Jesucristo en la sociedad española del siglo XX”.+