La Pastoral Rural neuquina pide titularización de tierras de familias crianceras

  • 27 de julio, 2021
  • Neuquén (AICA)
Reclama, junto a los afectados, respuestas al Gobierno provincial, y requiere no postergar más los trámites para la titularización de los lotes fiscales donde viven las familias crianceras de Neuquén.

El Equipo Diocesano de Pastoral Rural hizo público su sentir sobre la política de tierras que el gobierno provincial lleva adelante desde hace décadas y que cada día aleja más a los legítimos pobladores de ser reconocidos dueños de sus tierras.

El pronunciamiento es a raíz de la situación que viven familias crianceras del interior provincial, en particular de las zonas centro y norte, que no pueden acceder a la regularización de las tierras ocupadas por ellos desde hace más de 60, 80 y 100 años en terrenos fiscales.

En estos últimos tiempos, advirtieron, muchas de esas tierras son codiciadas para otros emprendimientos, se intiman desalojos y muchas veces también se dan conflictos entre los mismos pobladores ante la falta de una política efectiva desde la Dirección de Tierras.

Ante esta situación, se une al clamor de los afectados a fin de reclamar respuestas al gobierno provincial, entre ellas:

    • Que no postergue más en el tiempo la concreción de los trámites necesarios para la titularización de los lotes fiscales donde viven las Familias Crianceras del Centro-Norte de la provincia.

    • Que se efectivice luego la titularización efectiva de los lotes.

    • Que se priorice a las Familias Crianceras frente a intereses particulares y empresariales.

    • Instamos a los organismos estatales pertinentes a agilizar y concretar a la mayor brevedad posible un programa real de ejecución de estas tareas, evitando de esa forma que se profundicen los conflictos entre vecinos que muchas veces terminan en tragedias y, a la vez, se eviten conflictos sociales mayores.

    • Que estas decisiones se expliciten públicamente a través de los medio de comunicación social para que la información sea conocida por todos y se pueda desde cada lugar hacer los seguimientos correspondientes.

    • Que se considere este derecho de las Familias crianceras como algo esencial que no puede seguir en espera.    

Texto del pronunciamiento

“La Tierra es un don de Dios, don que Él hizo para todos los seres humanos… no es lícito, por tanto, porque no es conforme con el designio de Dios, usar este don de modo tal que sus beneficios favorezcan sólo a unos pocos, dejando a los otros, la inmensa mayoría, excluidos.” (Juan Pablo II –Recife,Brasil 7/06/1980)

Como misioneros, misioneras del Equipo de Pastoral Rural de la diócesis de Neuquén, que venimos caminando junto a las Familias Criollas Campesinas del Centro-Norte de nuestra provincia desde el inicio de nuestra diócesis, queremos hacer público nuestro pensar y sentir respecto a la política de tierras que el gobierno provincial lleva adelante desde hace décadas y que cada día aleja más a los legítimos pobladores de ser reconocidos dueños de sus tierras. 

Días pasados organizaciones campesinas del Norte Neuquino denunciaron que son más de 100 las familias crianceras que no pueden acceder al título de la propiedad de sus tierras que han trabajado por décadas y de generación en generación. Intimados además algunos de ellos a ser desalojados. La gran mayoría de las familias campesinas criollas que viven en tierras fiscales, no tienen títulos de propiedad ni se les facilitan los mecanismos necesarios para su titularización. En algunos casos han comenzado los trámites correspondientes pero la burocracia los va desgastando con el pasar de los años y lo que es un derecho se termina transformando en un sueño irrealizable.

Desde la Mesa Campesina de Loncopué, hace más de veinte años se viene denunciando esta misma situación de irregularidad en torno a la tenencia de la tierra; aproximadamente 80 familias no pueden acceder a la propiedad de la tierra que han trabajado desde toda la vida. 

En el año 2017, realizamos en conjunto con organizaciones campesinas un relevamiento en los departamentos Chos Malal y Minas bajo el lema “soy criancero, soy fiscalero” que arrojó más de 100 situaciones en conflicto por las tierras. La misma fue entregada al Gobierno Provincial pero el abordaje de la situación lleva un ritmo exageradamente lento en proporción al aumento de conflictos rurales. 

Como Equipo de Pastoral Rural (EDIPRU) en reiteradas ocasiones nos hemos dirigido al gobierno de la provincia, a la Dirección de Tierras, a la Legislatura y demás organismos responsables de dar respuestas a estas situaciones, sin obtener soluciones definitivas al respecto.

Nuestra Constitución provincial y la Ley 263 de Tierras Fiscales expresan el principio de que la tierra es para quien la trabaja, es un bien social de trabajo no para la especulación o la renta. Sin embargo, cada día nos vamos sorprendiendo con la aparición de “nuevos” propietarios que ostentan títulos y que con el supuesto derecho que eso le daría, pretenden instalarse en zonas pensadas y proyectadas hacia el futuro como emprendimientos turísticos en mucho de los casos.

Frente a esta injusta situación que se repite año a año, volvemos a preguntarnos si en verdad existe voluntad política de entregar los Títulos de Propiedad a los pequeños Crianceros, o el Gobierno apunta a “desgastar” a la gente campesina para que abandone sus campos, provocando más de una vez la pelea de pobres contra pobres, y entonces sí poder avanzar con otros megaproyectos en tierras fiscales (minería, agua, por ej.) 

Nos unimos al clamor de tantos y tantas que esperan respuestas por parte del Gobierno Provincial:

    • Que no postergue más en el tiempo la concreción de los trámites necesarios para la titularización de los lotes fiscales donde viven las Familias Crianceras del Centro-Norte de la provincia.

    • Que se efectivice luego la titularización efectiva de los mismos.

    • Que se priorice a las Familias crianceras frente a intereses particulares y empresariales.

    • Instamos a los organismos estatales pertinentes a agilizar y concretar a la mayor brevedad posible un programa real de ejecución de estas tareas, evitando de esa forma se profundicen los conflictos entre vecinos que muchas veces terminan en tragedias y a la vez, se eviten conflictos sociales mayores.

   • Que estas decisiones se expliciten públicamente a través de los medios de comunicación social para que la información sea conocida por todos y se pueda desde cada lugar hacer los seguimientos correspondientes.

    • Que se considere este derecho de las Familias crianceras como algo esencial que no puede seguir en espera.    

Equipo Diocesano de Pastoral Rural (Parroquia Virgen del Rosario-Andacollo; Parroquia María Auxiliadora-Chos Malal; Parroquia Nuestra Señora del Pilar-Loncopué).+