Mons. Ojea rezó por los muertos en pandemia y llevó consuelo a sus familias
- 26 de julio, 2021
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Pidámosle poder honrar al Dios de la vida en este tiempo, sirviéndola y cuidándola en todas sus etapas y en todos sus aspectos", expresó el obispo de San Isidro al presidir la misa en la catedral.
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió una misa en la catedral local en el marco de la Jornada Nacional de Oración por los fallecidos durante la pandemia de coronavirus, en la que expresó que la intención era orar "por nuestros hermanos difuntos que han partido, especialmente en este tiempo de Covid, y también por otras enfermedades; pedimos especialmente por ellos, pedimos por sus familias”.
La Eucaristía en la catedral San Isidro Labrador fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Guillermo Caride y el presbítero Pedro Oeyen, párroco emérito del templo.
“Hemos querido hacer esta Jornada de Oración también, teniendo en cuenta las condiciones tan penosas en la hemos vivido estas partidas”, afirmó monseñor Ojea, y lamentó que “tantas familias que no hayan podido despedirse de sus seres queridos; tantas dificultades para visitar enfermos, las restricciones”.
“La palabra parto es una palabra tan rica en castellano, quiere decir partir, cortar, cortar el cordón umbilical es nacer, por eso hablamos de parto, de corte; pero la partida también es un viaje, es una promesa, una aventura” explicó el Obispo, quien luego aseveró que “para el cristiano la muerte también es un parto, es un nacimiento a una vida nueva, un nuevo modo de nacer”.
Refiriéndose al texto del Evangelio leído en la celebración, monseñor Ojea señaló: “Jesús quiere contener a sus discípulos ante la inminencia de su partida, y les dice que no se va a despedir de un modo definitivo”.
“El Señor lo explica como un estar preparando la casa grande del Padre para toda esa Iglesia naciente; esto quiere decir que seguimos en contacto, aunque se da este paréntesis sacramental del tiempo”, indicó.
El prelado sanisidrense animó diciendo que “cuando parte un ser querido podemos utilizar esta imagen, tan verdadera y tan consoladora de Jesús. Se abre entonces ese paréntesis de tiempo entre ellos y nosotros, pero seguimos unidos en el caminar que sostiene y fortalece nuestra fe y esperanza”.
Hacia el final de su mensaje el obispo invitó a agradecer el haberlos tenido “recordando todo lo que nos han dejado, y le pedimos al Señor poder hacer más fecundo todavía, aquello que nos ha dejado a través de ellos”.
“Le pedimos al Señor poder vivir este tiempo difícil en profunda unión con Él desde la fe; la muerte no tiene la última palabra para un cristiano, sino la vida. Pidámosle poder honrar al Dios de la vida en este tiempo, sirviéndola y cuidándola en todas sus etapas y en todos sus aspectos”, concluyó.+