Los obispos aclaran principios de la educación a tener en cuenta en una nueva Constitución
- 29 de junio, 2021
- Santiago (Chile) (AICA)
Obligatoriedad y gratuidad, libre elección de los padres sobre la educación de sus hijos, reconocimiento de las culturas originarias y libertad de credo, son algunos de esos principios.
El Área Educación de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) dio a conocer una reflexión respecto de principios en el ámbito educativo, que debiese considerar el debate sobre la Nueva Constitución. El documento fue aprobado por el Comité Permanente de la CECh.
“Principios del ámbito educativo que, creemos, son importantes para el futuro de nuestro país”, con el ánimo de seguir colaborando con la sociedad en este ámbito tan importante para el desarrollo de las personas y de los pueblos, escriben los prelados.
La CECh anhela “que la Constitución consagre la educación como un derecho, estableciendo garantías de acceso, elección, permanencia y egreso; en un proceso educativo integral de calidad e inclusivo”.
El documento firmado por monseñor Héctor Vargas Bastidas, presidente del Área Educación, pone de relieve la centralidad de la familia como unidad esencial para el desarrollo de la persona y actor principal del proceso educativo y de integración en la sociedad.
“Deseamos que la futura Constitución otorgue garantías que protejan y valoren a las familias, su dignidad y su papel educativo”
Así se lee en la nota que, además, aboga por una educación multidimensional (psíquica, corporal y espiritual), en el respeto de la dignidad, los derechos humanos, las libertades fundamentales y los principios democráticos.
La CECh subraya: “Consideramos que la educación obligatoria, gratuita y de calidad, debe ser financiada y promovida por el Estado, garantizando autonomía pedagógica para la realización de su proyecto educativo”
Y agrega que en este contexto los padres deben tener la “libertad de elegir el establecimiento educacional y participar activamente del proceso de enseñanza de sus hijos”.
Neutralidad del Estado y pluralismo cultural
El documento considera indispensable la neutralidad del Estado y pluralismo cultural, es decir que la sociedad y el Estado reconozcan los aportes de las diferentes expresiones y tradiciones culturales, dentro de un clima de respeto, tolerancia y apego a la diversidad y a los valores democráticos.
“Anhelamos que el Estado reconozca la libertad de creencias y la expresión de los diferentes credos, cosmovisiones y tradiciones, como saberes pedagógicos que favorezcan la formación integral de cada ciudadana y ciudadano”
Así lo enfatiza el documento en el que se exige que los poderes públicos garanticen el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban “la formación espiritual que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
Partiendo del derecho de las personas a la educación obligatoria en igualdad de condiciones y de calidad, el episcopado chileno pide que el Estado genere las condiciones para la cobertura y calidad de los procesos educativos, en igualdad de oportunidades y recursos. Esto incluye la incorporación de la educación intercultural y lenguas originarias en su contexto territorial promoviendo la enseñanza de la propia historia, las diversas filosofías de vida de las culturas y su propia literatura. La CECh concluye:
“En el desafío de construir un país más justo y solidario, en el cual los niños, niñas, adolescentes y jóvenes puedan desarrollar todas sus potencialidades, deseamos que se reconozca la centralidad y participación de los y las estudiantes en los diversos espacios educativos”.+