El Papa en el Ángelus: "Jesús nos infunde confianza, el bien crece en silencio"

  • 13 de junio, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco invitó a cultivar la confianza en Dios y, al mismo tiempo, esforzarse por "reconstruir y recomenzar, con paciencia y constancia, para así salir bien de la pandemia".

"Que María Santísima, la humilde sierva del Señor, nos enseñe a ver la grandeza de Dios que obra en las cosas pequeñas, y a vencer la tentación del desánimo fiándonos de Él cada día", sugirió el papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus, de este XI domingo del tiempo ordinario.

El pontífice dijo que, el Evangelio de este domingo, 13 de junio, en el que se retoma el tiempo litúrgico “ordinario”, presenta dos parábolas que se inspiran precisamente en la vida ordinaria, y revelan la mirada atenta y profunda de Jesús, que observa la realidad y, mediante pequeñas imágenes cotidianas, abre ventanas hacia el misterio de Dios y la historia humana.

“Así, nos enseña que incluso las cosas de cada día esas que a veces parecen todas iguales y que llevamos adelante con distracción o cansancio, están habitadas por la presencia escondida de Dios”. Por tanto, se necesitan -afirmó- ojos atentos para saber “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, como le gustaba decir a San Ignacio de Loyola.

Con estas parábolas, afirmó el papa Francisco, Jesús compara el Reino de Dios, su presencia que habita el corazón de las cosas y del mundo, con el grano de mostaza, la semilla más pequeña que hay.

“A veces, el fragor del mundo y las muchas actividades que llenan nuestras jornadas nos impiden detenernos y vislumbrar en qué modo el Señor conduce la historia. Y, sin embargo - asegura el Evangelio - Dios está obrando, como una pequeña semilla buena que silenciosa y lentamente germina".

Francisco explicó que la semilla "poco a poco, se convierte en un árbol frondoso que da vida y reparo a todos ”, y señaló también que" la semilla de nuestras buenas obras puede parecer poca cosa; mas todo lo que es bueno pertenece a Dios y, por tanto, humilde y lentamente, da fruto. El bien - recordémoslo - crece siempre de modo humilde, escondido, a menudo invisible".

Con esta parábola, ratificó el pontífice, Jesús quiere infundir confianza. De hecho, en muchas situaciones de la vida puede suceder que gane el desánimo al ver la debilidad del bien respecto a la fuerza aparente del mal. “Y podemos dejar que el desánimo nos paralice cuando constatamos que nos hemos esforzado, pero no hemos obtenido resultados y parece que las cosas nunca cambian”, sostuvo.

El Papa explicó que el Evangelio "pide una mirada nueva sobre nosotros mismos y sobre la realidad; pide que tengamos ojos grandes que saben ver más allá, especialmente más allá de las apariencias, para descubrir la presencia de Dios que, como amor humilde, está siempre operando en el terreno de nuestra vida y en el de la historia ".

“Y esta es nuestra confianza, es esto lo que nos da fuerzas para seguir adelante cada día con paciencia, sembrando el bien que dará fruto. ¡Qué importante es esta actitud para salir bien de la pandemia! Cultivar la confianza de estar en las manos de Dios y, al mismo tiempo, esforzarnos todos por reconstruir y recomenzar, con paciencia y constancia ”

Finalmente, Francisco explica la segunda parábola que presenta el Evangelio de hoy y dijo que, también en la Iglesia puede arraigar la cizaña del desánimo, sobre todo cuando asistimos a la crisis de la fe y al fracaso de varios e proyectos iniciativas.

"Pero no olvidemos nunca - afirmó el Papa - que los resultados de la siembra no depende de nuestras capacidades: dependencia de la acción de Dios. A nosotros nos toca sembrar con amor, esfuerzo, paciencia. Pero la fuerza de la semilla es divina. Con Dios siempre hay esperanza de nuevos brotes, incluso en los terrenos más áridos ". +