Mons. Mazzitelli: "El camino de la fe es un adentrarse en el misterio de Dios"

  • 3 de junio, 2021
  • Mendoza (AICA)
"Somos huéspedes, juntos como comunidad y pueblo, porque estamos llamados a ser como Iglesia, destellos del misterio de la Trinidad, siendo Uno en la diversidad", afirma el obispo auxiliar de Mendoza.

El obispo auxiliar de Mendoza, monseñor Marcelo Fabián Mazzitelli, presidió la misa por la celebración de la Santísima Trinidad en la parroquia de San José de Guaymallén, donde predicó acerca de la plenitud de la revelación del amor de Dios Uno y Trino.

“Estamos viviendo un tiempo difícil y me animo a decir hasta cruel, por las situaciones que genera la pandemia que padecemos, pero nos lleva a una oración confiada, a la súplica por los que más están sufriendo y al compromiso de cuidar la vida de los otros”, expresó en la homilía.

“Estamos viviendo -agregó- tiempos inauditos de no poder congregarnos en nuestros templos para celebrar nuestra fe, pero con la firme esperanza de que unidos en la oración desde donde estamos, desde sus hogares, que hoy son templos extendidos, profesamos el amor de Dios celebrando el misterio de la Santísima Trinidad, de Dios que es Uno en la diversidad de personas”.

El obispo auxiliar mendocino explicó que al hablar de misterios “no significa ´lo desconocido´, sino la realidad que desborda con su presencia, llevándonos al asombro y a la humildad para hacer silencio ante lo inefable, ante aquello que no podemos aprehender para solo dejarnos habitar por esa presencia elocuentemente silenciosa, que abraza, consuela y fortalece”.

“Es la presencia del amor, una imagen que puede acercarnos a entender y a intuir lo que es un misterio, a esa presencia naciente de una vida, la llegada de un hijo”, ejemplificó.

“El camino de la fe es un adentrarse en el misterio de Dios. San Agustín trató de explicar el misterio de la Trinidad y se rindió ante la imposibilidad de definirlo, dejándonos sólo una rica y profunda reflexión que nos permite detenernos en el umbral del misterio, donde ya no sirven las palabras. Así también como San Juan de la Cruz, Santa Isabel de la Trinidad, Santa Benedicta de la Cruz, y tantos que no encontraron otro lenguaje que la poesía para decir lo que no se puede decir”, sostuvo.

El prelado indicó que “somos cristianos porque nos reconocemos discípulos del Hijo de Dios que fue enviado para revelarnos que tenemos un Padre que nos ama, quien junto al Padre nos da el Espíritu Santo para guiar nuestro peregrinar y así descubrirnos hijos de Dios en el Hijo”.

“Desde los relatos de la creación Dios nos revela su fidelidad y su misericordia, a pesar de la ingratitud, desmemoria, e infidelidad en el pecado de su pueblo. Siempre rescata sembrando esperanza. Un Dios que se inclina con su palabra y llamada, estableciendo un diálogo que se convierte en preparación para la plenitud de la revelación de su amor”.

“Dios amó tanto al mundo que entregó a su hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. El hijo amado es el que cumple la promesa que con gestos y palabras no sólo anuncia el Reino, sino que lo hace presente con su vida. Sana a los enfermos, libera a los oprimidos, se acerca a los despreciados y olvidados, llora con el dolor de los hombres, multiplica el pan, abrasa con su palabra, abre caminos de bienaventuranza, muere por amor y resucita por amor”.

Monseñor Mazzitelli explicó que “preparando su partida Jesús deja en el corazón de sus discípulos la promesa del Espíritu Santo, que es el don que nos transforma y nos hace experimentar la alegría de sabernos amados y habitados por Dios. Es la experiencia que vivieron los discípulos y que nos relata el Evangelio. No somos solo huéspedes y peregrinos en el camino de esta tierra, somos huéspedes y peregrinos en el misterio de la Trinidad, como enseña el papa Francisco en su catequesis”. 

“Somos huéspedes, juntos como comunidad y como pueblo, porque estamos llamados a ser como Iglesia, destellos del misterio de la Trinidad, siendo Uno en la diversidad”, concluyó.+