Misa en la ermita del Negro Manuel de la ruta 7

  • 10 de mayo, 2021
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
En el día de la solemnidad de la Virgen de Luján, un reducido grupo de personas participó de la celebración eucarística en ese lugar construido a principios de año por los "Misioneros de Francisco".

En el marco de las fiestas de Nuestra Señora de Luján, un grupo de personas participó de la misa que se celebró al costado de la ruta 7, donde está emplazada la ermita de la Virgen y del Negro Manuel, hoy Siervo de Dios, quien fue el custodio de la imagen mariana original de la futura patrona nacional.

La ermita fue construida a principios de año en la ruta 7, a un kilómetro y medio del cruce con la ruta 6, por los “Misioneros de Francisco”, nacido desde el Movimiento Popular Evita.

La Eucaristía fue presidida por el padre Luis Perales Aquino, de la Comunidad Esclavos de la Virgen de Hunter, y concelebrada por el presbítero Eduardo Farell.

El padre Perales contó que su conversión fue caminando, durante dos años, desde la Argentina a México, y recordó que se ordenó sacerdote el 8 de diciembre de 2012, a su regreso de esa travesía.

Durante la misa, se bendijo el cuadro que estaba al pie del altar de la ermita, el que fue llevado luego a la “Casita de la Virgen”, un local a dos cuadras de la basílica de Luján, donde se está dando forma al “Paseo Cultural e Histórico de la Virgen de Luján y Feria de la Economía Popular”. 

Hasta allí llegó el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, sorprendiendo a los fieles que llegaban al lugar tras participar de la misa en la ruta. Apenas ingresó, tres niñas se le acercan al prelado para ver y acariciar el pectoral. Una de ellas le pidió que se lo regale. “Esta cruz no te la puedo dar, pero sí esto”, le dijo, y sacó de su bolsillo un crucifijo de color negro entregado por el papa Francisco. La nena que cumplía 11 años salió corriendo a mostrárselo a su mamá.

La escena del obispo y los niños ocurrió delante del secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Esteban Castro, y el integrante del Movimiento Comedor Los Pibes, Luciano Álvarez.

Para el mediodía en la “Casita de la Virgen”, ya circulaban las bandejas de plástico con guiso de lentejas cocinadas en una gran olla; mientras otros compraban las remeras con la estampa del Negro Manuel y la Virgen de Luján y otros artículos como tazas con imágenes religiosas  realizadas por los “Misioneros de Francisco”, para sostener ese lugar que busca ser -dijeron- refugio para los peregrinos que viajan a ver a la patrona de la Argentina.

Las charlas de los presentes, muchos de ellos integrantes de los movimientos populares, iban desde la preocupación por la suba de precios de los alimentos, los sueños por una economía popular que reciba más apoyos para producir en las comunidades (ladrillos, huertas o en la industria lechera locales), hasta contar anécdotas inolvidables de peregrinaciones como a Paraguay en la visita apostólica del Papa.+