Desde los hogares, San Luis celebró al Cristo de la Quebrada y al Señor de Renca

  • 5 de mayo, 2021
  • San Luis (AICA)
Con el lema "Quedate en casa, peregriná con el corazón", el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, presidió las festividades en honor del Cristo de la Quebrada y el Divino Señor de Renca.

A través de la Campaña “Quedate en casa, peregriná con el corazón”, los devotos del  Cristo de la Quebrada y el Divino Señor de Renca, en la diócesis de San Luis, pudieron participar de las celebraciones por los medios oficiales de comunicación. 

Ambas festividades estuvieron presididas por el obispo, monseñor Gabriel Barba, y transmitidas por Canal 13 San Luis, Agencia de Noticias San Luis, Facebook del Obispado de San Luis y Radio Ave María FM 90.5. 

La misa en el Santuario del Divino Señor de Renca fue en la mañana del lunes 3 de mayo, y estuvo concelebrada por algunos sacerdotes de la diócesis. En su homilía, el obispo destacó que por segundo año consecutivo, la fiesta se desarrolló sin la presencia física de los feligreses, “el pueblo vacío, la plaza vacía, el templo sin gente, pero rezando desde nuestras casas”. Y consideró que “venir al Santuario de Renca es celebrar nuestra fe profunda, una fe histórica, ancestral: de los abuelos, de los padres, de los hijos, de los nietos”. 

Seguidamente comentó que en estos días escuchaba historias y testimonios de los fieles que este año no pudieron llegar: “La peregrinación en el santuario es muy fuerte, es una sensibilidad que pone a la luz, una religiosidad muy profunda”, afirmó.

“En definitiva, ¿qué venimos a buscar en el Santuario? El encuentro con Cristo, tomar gracia, ¿cuál es la gracia principal? El amor de Dios que se manifestó en Jesús y en la cruz. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su propio hijo”, sostuvo.

El Señor de Renca, destacó el prelado, nos recuerda la importancia de “ser servidores unos a otros. No podemos decir que amamos a Dios, sino somos capaces de amar a nuestro prójimo. Una fe que se plasme en obras”.

Para finalizar, expresó: “Le pedimos al Señor de Renca que fortalezca nuestra esperanza, que nos ayude a ser como él: servidores, para ser grandes ante los ojos de Dios”. Y “que Jesús, el Señor de Renca sea el Señor de nuestra vida, sea el que guíe nuestros pasos, el que nos fortalezca para la construcción de un mundo nuevo y mejor”.

En la tarde del lunes, monseñor Barba presidió los festejos en honor del Santo Cristo de la Quebrada. Antes de iniciar la celebración, el presbítero Cristian Córdoba, a cargo del Santuario de Villa de la Quebrada, dio un mensaje a los peregrinos que, como el año anterior, no pudieron estar presentes físicamente y los invitó a preparar los altares en sus hogares, acompañando la campaña “Peregrinar con el corazón”, y a participar con fe y alegría de la misa.

En su homilía, el obispo animó a vivir esta celebración especial “como una providencia”.

“Jesús decía a sus discípulos: ‘El que quiera seguirme, que cargue con su cruz y me siga’. Sin duda, esta es una cruz que tenemos que cargar”, señaló, en referencia a no poder acercarse al santuario debido a la pandemia.

“Cuántos desean de profundo corazón venir a peregrinar como lo hicieron siempre, gastando sus energías con el corazón apuntando a la Villa de la Quebrada y viniendo en familia”. Y este año, “este es nuestro ofrecimiento, nuestro sacrificio es quedarnos, pero nuestro corazón está aquí al lado de Jesús”. Y agregó: “como siempre, está el Corazón de Jesús al lado nuestro”. 

“Aunque no pueda estar nuestro cuerpo, está nuestro corazón, mirando a Jesús, levantado en lo alto para nuestra salvación”, sostuvo. “Dios dio a Jesús al mundo para que todo el que crea en él, no muera, sino que tenga vida eterna”, recordó.

En estos días de la Novena, destacó el prelado, “se los había invitado desde sus casas a rezarla, pero en familia”, y anheló: “Ojalá nos quede esta buena enseñanza, de rezar juntos en familia”.

“Aprendamos a recuperar esos espacios, esta fe viva, alimentada y vivida en familia”, animó, y sugirió retomar “esta costumbre: “Padres, esposos, hijos, en darnos la bendición antes de irnos a dormir y pedirle a Dios que nos proteja, que nos bendiga”.

“Esto sería un lindo regalo que le podemos hacer al Cristo de la Quebrada, un espacio nuevo, una iglesia nueva, renovada, una familia renovada, que reza, ofrece y aprende junta”, añadió.

“Pidámosle al Santo Cristo de la Quebrada de un modo muy especial, por los que están haciendo un esfuerzo en este momento por cuidarnos: los médicos, las médicas, los enfermeros, las enfermeras, y el personal de limpieza, todo lo que hace a la salud pública”, rezó, y pidió además “por el descanso eterno a nuestros familiares y seres queridos difuntos, a todos los enfermos por el Covid, que les dé la gracia de la vida eterna y a nosotros el consuelo que nos hace levantar la mirada para encontrar a Cristo, nuestra fuerza, esperanza y salvación”.+