Mons. Scheinig pidió a San José que no falte el trabajo en las familias

  • 3 de mayo, 2021
  • Mercedes (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió la Eucaristía en la fiesta de San José Obrero, en el Día Internacional de los Trabajadores.

En la Fiesta de San José Obrero, en el Día Internacional de los Trabajadores, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió la Eucaristía al aire libre en las instalaciones de la Maderera Montero, de la ciudad de Mercedes. 

La misa fue concelebrada por algunos sacerdotes de la ciudad: el presbítero Lucas Figueroa, vicario general; el presbítero Luis Jáuregui, párroco de San Vicente y delegado arquidiocesano para la Pastoral Social; y el presbítero Mario Peralta, párroco de San Luis Gonzaga.

La celebración fue transmitida a través de la página oficial en Facebook: Arzobispado Mercedes–Luján.

En su homilía, el prelado expresó: “El Dios en quien creemos, el Dios a quien todos nosotros le rezamos, tiene un proyecto para el universo, para el mundo, para nosotros. El proyecto que Dios tiene es que tengamos vida en abundancia, vida plena, que podamos vivir dignamente”.

“Jesús nació y murió para poner en marcha el proyecto de Dios. Treinta años de su vida los vivió en su pueblo y tres años predicó. En esos 30 años que vivió en su pueblo, también estaba haciendo el proyecto de Dios. No sólo cuando empezó a hacerse pública su predicación, sino también cuando vivió en Nazaret”, destacó.

“¿Qué hizo Jesús?”, planteó monseñor Scheinig. “Vivió en una familia, trabajó, fue vecino, compartió la vida en un pueblo pequeño, en un vecindario. Jesús hizo el proyecto de Dios, viviendo con María, con José, con sus parientes, sus paisanos y trabajando. Tanto es así que cuando volvió la gente decía: Pero este ¿no es el hijo del carpintero?”. 

En ese sentido, valoró: “¡Qué importante es el oficio! El trabajo es parte de nuestra identidad”.

“Durante 30 años Jesús hizo el proyecto de Dios trabajando y compartiendo la vida de su familia, de su barrio. Fue chiquito, creció, se hizo adolescente, un joven adulto, un hombre. Que Él, su familia, su vecindario, su pueblo, vivieran con dignidad, plenamente; ahí estaba cumpliendo el proyecto de Dios”.

“Todas las personas son valiosas. No hay ninguna persona que no lo sea. No hay persona en el mundo que no sea valiosa, que no sea digna”, advirtió el arzobispo. “A veces nosotros dudamos y confundimos esto, porque decimos que alguna persona es mala. Y entonces podemos creer que no es valiosa. La persona puede tener conductas malas, pero siempre es valiosa. Y esto para los cristianos es muy importante, lo hemos aprendido de Jesús. Esto es lo central del proyecto de Jesús, que nos reconozcamos unos a otros como valiosos”.

“No nos hacemos valiosos porque estudiamos mucho, porque ganamos mucha plata, porque somos exitosos. Jesús en Nazaret nos enseña que toda persona es valiosa. Él vivió 30 años en el anonimato, para decirnos que la vida la jugamos cada uno de nosotros. También en Nazaret nos enseña el valor de la familia, de la relación, de los vínculos”.

Una de las cosas que estamos aprendiendo en la pandemia, señaló el prelado, “es cuánto nos necesitamos unos a otros”. En ese sentido, destacó que “el Reino, el proyecto de Dios se hace entre todos. Aquí en esta fábrica también”, dijo, en referencia a la maderera donde se desarrolló la celebración.

“A veces uno valora a los trabajos como superiores y como trabajos menores. No es que el trabajo hace digno a la persona, la persona es la que hace digno al trabajo. Como toda persona es valiosa, todo trabajo es valioso”.

“Hoy, en la fiesta de San José Obrero, valoramos mucho y pedimos por el trabajo. El mundo se complicó. Falta trabajo. Cuando uno se queda sin trabajo, se queda sin dignidad. El trabajo es fundamental. Jesús en Nazaret trabajó, porque eso es valioso para la persona, para la familia, para el vecindario. Tenemos que estar convencidos de que hay que defender el trabajo y pelear para que haya trabajo para todos. Si alguien se queda sin trabajo, se queda sin dignidad”, afirmó, animando a pedirle a Dios y a San José “que no falte el trabajo en las familias”.+