En la Vigilia, el Papa llamó a ir a Galilea y descubrir a Jesús vivo "aquí y ahora"

  • 3 de abril, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco presidió, en la noche del Sábado Santo, la Vigilia Pascual. En su mensaje central, animó a ir a Galilea en nuestro interior para experimentar el asombro del amor infinito del Señor.

En la noche del Sábado Santo, el papa Francisco presidió la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro prácticamente vacía, debido a las restricciones por coronavirus.

En su homilía, Francisco reflexionó sobre el Evangelio del día según Marcos, que relata cuando las mujeres pensaron que iban a encontrar el cuerpo para ungirlo, y en cambio encontraron una tumba vacía. “Habían ido a llorar a un muerto, pero en su lugar escucharon un anuncio de vida”, destacó el Papa.

Dice el Evangelio que las mujeres “estaban desconcertadas”. Al respecto, el Papa explica que este desconcierto “es miedo mezclado con alegría”. Por un lado, “es la maravilla de escuchar esas palabras: ¡No se asusten! Aquel al que buscan, Jesús, el de Nazaret, el crucificado, resucitó” y después es invitación: “Él irá delante de ustedes a Galilea y allí lo verán””. 

En ese sentido, el Santo Padre invitó a ir hoy a nuestra Galilea interior, y explicó el significado de este viaje.

Siempre es posible recomenzar
“Ir a Galilea significa, ante todo, empezar de nuevo”. El Pontífice explicó en su homilía que para los discípulos “fue regresar al lugar donde el Señor los buscó por primera vez y los llamó a seguirlo” y desde aquel momento, habiendo dejado las redes, siguieron a Jesús. 

Sin embargo, aclaró, “muchas veces malinterpretaron sus palabras y ante la cruz huyeron, dejándolo solo”. A pesar de este fracaso, Francisco subrayó que “el Señor resucitado se presenta como Aquel que, una vez más, los precede en Galilea, va delante de ellos, los llama y los invita a seguirlo, sin cansarse nunca”.

En esta Galilea, expresó, “experimentamos el asombro que produce el amor infinito del Señor, que traza senderos nuevos dentro de los caminos de nuestras derrotas” y este es el primer anuncio de Pascua que ofrece el Papa hoy: “siempre es posible volver a empezar, porque existe una vida nueva que Dios es capaz de reiniciar en nosotros más allá de todos nuestros fracasos”.

Jesús está vivo aquí y ahora
Ir a Galilea, en segundo lugar, significa “recorrer nuevos caminos”. El Papa explicó que muchos viven la “fe de los recuerdos”, como si Jesús fuera un personaje del pasado, un amigo de la juventud ya lejano, un hecho ocurrido hace mucho tiempo, cuando de niño asistía al catecismo “que ya no me conmueve, que ya no me interpela”. 

Por eso, insistió, ir a Galilea significa “aprender que la fe, para que esté viva, debe ponerse de nuevo en camino”, “debe reavivar cada día el comienzo del viaje, el asombro del primer encuentro” y “debe confiar, sin la presunción de saberlo ya todo, sino con la humildad de quien se deja sorprender por los caminos de Dios”.

Por tanto, el segundo anuncio de Pascua del papa Francisco es que “la fe no es un repertorio del pasado, Jesús no es un personaje obsoleto, Él está vivo, aquí y ahora”. De hecho –recordó el Papa – “camina contigo cada día, en la situación que te toca vivir, en la prueba que estás atravesando, en los sueños que llevas dentro. Aunque todo te parezca perdido, Él te sorprenderá”.

Por último, el Papa explicó que ir a Galilea significa “ir a los confines” porque Galilea “es el lugar más lejano, desde donde Jesús comenzó su misión”. 

“En Galilea aprendemos que podemos encontrar a Cristo resucitado en los rostros de nuestros hermanos, en el entusiasmo de los que sueñan y en la resignación de los que están desanimados, en las sonrisas de los que se alegran y en las lágrimas de los que sufren, sobre todo en los pobres y en los marginados”. “Con Él – subraya – la vida cambiará”.

Tras esta invitación, el Papa expresó su tercer anuncio de Pascua: “Jesús, el Resucitado, nos ama sin límites y visita todas las situaciones de nuestra vida. Nos invita a acercarnos a quienes están junto a nosotros cada día, para redescubrir la gracia de la cotidianidad”.+