Mons. Stanovnik: La unción es como "un abrazo de Dios"

  • 1 de abril, 2021
  • Corrientes (AICA)
En la Misa Crismal, el arzobispo de Corrientes recordó al clero que ese abrazo "revitaliza y otorga un nuevo vigor para vivir en el amor y ser capaces de permanecer en hacer el bien siempre".

El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, presidió la Misa Crismal en la catedral Nuestra Señora del Rosario, donde lamentó que por las restricciones que impone la pandemia no pueda vivirse "el encuentro presencial que tanto bien hace a sacerdotes y pueblo fiel, para renovar la unción que hemos recibido en el bautismo, por la cual nos constituimos en verdadero pueblo sacerdotal".

"Somos una comunidad de ungidos para ungir, aun cuando no todos lo hagamos administrando los sacramentos de la unción, sino solo los sacerdotes. Pero todos estamos llamados a vivir como personas que fueron ungidas y como tales también llamadas a ungir a los demás", recordó en la homilía.

Tras profundizar sobre la unción que les corresponde a los que fueron ordenados en el sacerdocio ministerial, destacó: "Nosotros, ministros ungidos y administradores de la unción, tenemos un poder enorme que no se compara con ninguno de los poderes humanos por más impresionantes que aparezcan a los ojos de los hombres".

"Por el bautismo y los demás sacramentos, administramos vida, vida que no está sujeta ni a la corrupción ni a la muerte, sino que está destinada a resplandecer plena y para siempre", agregó.

El arzobispo correntino aseguró que "el Santo Crisma y los óleos de los catecúmenos y enfermos son como abrazos de Dios, que nos revitalizan y otorgan un nuevo vigor para que vivamos en el amor y seamos capaces de permanecer en hacer el bien siempre".

"Abrazos de Dios que nos capacitan para abrazar a otros sin distinción ni exclusiones", sostuvo, y puntualizó: "abrazos que nos defienden de la tentación de caer en el odio y en todos sus mortales derivados; nos sostienen en el entusiasmo misionero para compartir con todos esta vida nueva que nos llena de alegría y de paz; y nos ayudan a perseverar en la esperanza del abrazo definitivo de Dios al final de nuestra vida".

"Nosotros, ministros del altar, sacerdotes ungidos por el Señor para ungir a nuestros hermanos y hermanas, necesitamos cultivar diariamente nuestra amistad con el Señor por medio de la oración, de la escucha de su Palabra y de la celebración de la Eucaristía. También nuestra mirada se tiene que acostumbrar a quedar fija en Jesús, como los ojos de aquellos asistentes que recibieron su gozoso anuncio en la sinagoga de Nazaret: 'Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír', para poder ser testigos de que ese anuncio continúa cumpliéndose en su Iglesia y que seguirá cumpliéndose hasta el fin de los tiempos. En este espíritu queremos renovar a continuación nuestras promesas sacerdotales", subrayó.

Monseñor Stanovnik pidió a los sacerdotes de la arquidiócesis que "cada fiel que es ungido se sienta abrazado 'con corazón de padre', así como José amó a Jesús; se integre activamente en la vida de la comunidad y aprenda de María a hacer lo que Jesús les diga; y colabore con entusiasmo en la salida misionera".+

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