Fraternidad, ternura y reconciliación: las claves que ofrece el Papa para superar la crisis

  • 29 de marzo, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Discurso del pontífice a los sacerdotes del Pontificio Colegio Mexicano a los que recibió esta mañana.

El papa Francisco recibió esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano a más de 85 sacerdotes del Pontificio Colegio Mexicano de Roma a los que dirigió unas palabras en las que los exhortó a configuren su mirada con el Señor.

En una sociedad afligida por la violencia y las desigualdades y marcada por la pandemia, el sacerdote está llamado a llevar una mirada de “ternura, reconciliación y fraternidad”. Sobre estas tres palabras clave el Papa teje su discurso hablando en español.

Es la configuración cada vez más profunda con el Buen Pastor la que despierta “en todo sacerdote una auténtica compasión, tanto por las ovejas que se le confiaron, como por las perdidas”, comentó Francisco. También es fundamental la exhortación a tomar conciencia y corregir los propios defectos y a no subestimar las tentaciones mundanas.

Los desafíos que plantea la pandemia
El Pontificio Colegio Mexicano, fundado en 1967 y originalmente fue concebido como seminario, pero muy pronto consolidó su identidad como comunidad sacerdotal, con la misión de promover la formación permanente integral de los sacerdotes mexicanos enviados a Roma por sus respectivos obispos, para luego ubicarlo en el servicio del Pueblo de Dios una vez que regresen a su tierra natal.

Al inicio de su intervención, el Papa agradeció al rector, padre Víctor Ulises Vásquez Moreno, por recordar los principales desafíos para la evangelización de México y de todo el continente americano, en particular por la pandemia.

Retos que también repercuten en el camino de la formación permanente que emprenden los sacerdotes.

No a las actitudes autorreferenciales y al escape de la responsabilidad
En este sentido, es por tanto “fundamental armonizar las dimensiones académica, espiritual, humana y pastoral en la formación permanente”. Y, al mismo tiempo, el Papa los exhortó a “tomar conciencia” de las “carencias personales y comunitarias, así como -señala- de las negligencias y carencias que debemos corregir en nuestra vida”.

Al mismo tiempo los invitó a “no subestimar las tentaciones mundanas que pueden llevarnos a un conocimiento personal insuficiente, a actitudes autorreferenciales, al consumismo y a las múltiples formas de evasión de nuestras responsabilidades”.

Que nadie quede excluido de la pastoral
Una mirada de ternura ante los problemas de hoy, como la falta de esperanza, especialmente entre los jóvenes y la corrupción, pidió Francisco y ofreció a María como modelo que con ternura materna refleja el amor de Dios que “acoge a todos”.

“Para ello, sin embargo, es necesario dejarnos modelar por el Señor para que se intensifique nuestra caridad pastoral, donde nadie quede excluido de nuestra preocupación y de nuestra oración”.

Entre otras cosas, advirtió el pontífice, esto evita el aislamiento en casa, en la oficina o en los pasatiempos y “anima a la gente a salir al encuentro de la gente, a no quedarse quieta”.

Reconciliación
En cuanto a la reconciliación, los pastores –señaló Francisco- están llamados a ayudar a “reconstruir las relaciones respetuosas y constructivas entre las personas”, a “tejer los diferentes hilos que se han adelgazado o cortado en la tilma multicolor de las culturas que forman el tejido social y religioso de la nación mexicana, prestando atención , sobre todo, a los que son descartados por sus raíces indígenas o por su particular religiosidad popular”.

Es necesario, pues, proponer a todos “dejarse reconciliar por Dios” y comprometerse con la restauración de la justicia.

Crear fraternidad
Entonces Francisco recordó cómo la actualidad nos empuja a tener una mirada de hermandad. Frente a una realidad globalizada interconectada por las redes sociales y los medios de comunicación, necesitamos “una visión de conjunto y de unidad, que nos empuje a crear fraternidad, que nos permita resaltar los puntos de conexión e interacción dentro de las culturas y dentro de la eclesialidad”.

También debemos animar a los fieles a ser respetuosos de nuestra casa común y constructores de un mundo nuevo, en colaboración con todos.

“Para ello se necesita la fe y la sabiduría” de quien sabe 'quitarse los zapatos' para contemplar el misterio de Dios y, desde ese punto de vista, leer los signos de los tiempos".

Finalmente el Santo Padre invitó a los sacerdotes mexicanos a acudir con confianza a la Virgen de Guadalupe: “la Morenita, Madre de Dios y Madre nuestra” y ponerse bajo su protección. +