Los obispos españoles reiteran que "debemos ser custodios de la vida"

  • 24 de marzo, 2021
  • Madrid (España) (AICA)
La vida es "un bien fundamental para el hombre", recuerdan los prelados españoles en vísperas de la Jornada por la Vida que lleva este año el lema: "Custodios de la vida".

El jueves 25 de marzo la Iglesia en España celebra la Jornada por la Vida este año con el lema “Custodios de la vida”, cuyo objetivo es recordar “que la vida es un bien fundamental para el hombre, sin el cual no cabe la existencia ni el disfrute de los demás bienes”, indican los obispos españoles en un mensaje.

"Profundicemos en los motivos que nos llevan a ser custodios de la vida", señalan también los obispos en su nota para la Jornada, aclarando que estos motivos "provienen en muchos casos, no solo de nuestra fe, sino también de la evidencia científica", señala el mensaje de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Los prelados realizan una atenta mirada a la sociedad actual. Ante esta situación, reflexionan sobre cuál debe ser la respuesta de los cristianos en este momento histórico. “Debemos ser custodios de la vida”, indican los obispos porque, como afirmaba San Juan Pablo II, “la vida es siempre un bien”.

En un contexto donde está presente la cultura de la muerte, los obispos de la subcomisión, que preside monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Jerez de la Frontera, agradecen "a todas aquellas personas que, movidas por su fe o por la solidaridad humana, desde el ámbito eclesial o civil, con valentía creativa, llevan a cabo todo tipo de iniciativas para promover la cultura de la vida".

Los obispos españoles invitan a los fieles a no ceder al derrotismo, a la convicción de que no hay solución o de que no hay vuelta atrás. Además, siguiendo el ejemplo de San José, exhortan a los cristianos a convertirse en custodios de la vida, subrayando que ésta –como dijo San Juan Pablo II– "es siempre un bien", porque es "un don que proviene de la misteriosa y generosa voluntad de Dios".

Y explican: “Toda vida es digna de ser vivida porque en ella hay un orden previo y un destino profundamente querido por su Creador. Su valor, por tanto, no puede medirse con criterios subjetivos y debe considerarse siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio para otros fines”.+