Mons. Zordán llamó a ser capaces de entregarnos como Jesús

  • 24 de marzo, 2021
  • Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA)
El obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Luis Zordán M.SS.CC.M.SS.CC, compartió con los fieles sus reflexiones en el quinto domingo de Cuaresma.

En el quinto domingo de Cuaresma, el obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Luis Zordán M.SS.CC., compartió sus reflexiones con la comunidad diocesana.

En este tiempo especial, señaló el prelado, “se nos invita a volver a dirigir nuestra mirada hacia el Crucificado. Así vamos a encontrar a Jesús, que da su vida; vamos a encontrar sus manos traspasadas, sus pies atravesados por los clavos, su corazón herido, pero sobre todo vamos a encontrar en él la fuerza deslumbrante y atractiva del amor, un amor que es capaz de dar la vida para que nosotros tengamos vida en plenitud”.

Retomando el Evangelio, destacó “esa imagen tan linda y tan familiar, sobre todo para la gente de campo, para la gente que hace quinta en su casa, la del grano de trigo que necesita ser enterrado, morir en la tierra, pudrirse para poder brotar después, crecer, florecer y dar fruto abundante”.

“Es la imagen que nos hace presente la Pascua de Jesús, su entrega sacrificial, pero no para quedar así, sino para vivir, vivir en plenitud ofrecer vida, resurrección, vida nueva a todos nosotros”.

“Y esa misma dinámica, la de Jesús, la de la entrega sacrificial, el ser capaces de la entrega, del morir para poder vivir y ofrecer vida, es el camino del cristiano, el camino del amor”, consideró.

“Hay una frase muy linda del papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma de este año, que puede también ayudarnos a iluminar nuestra reflexión en esta semana. Él nos dice así: el itinerario de la Cuaresma, igual que todo el camino cristiano, ya está bajo la luz de la resurrección, que anima los sentimientos, las actitudes, las decisiones de quien desea seguir a Cristo”, citó.

En ese sentido, deseó “que Jesús nos conceda esa gracia en esta semana, la de poder volver a descubrir la dinámica de su Pascua, para poder vivirla en nuestra vida de discípulos”.+