Francisco: "escuchar el grito de los pobres nos hace partícipes de un mundo mejor"

  • 20 de marzo, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Palabras del Papa a Fidesco, la organización católica internacional de solidaridad nacida en Francia comprometida con los pobres del Sur del mundo

El papa Francisco recibió en la mañana de hoy, sábado 20 de marzo a un grupo de voluntarios y a los responsables de Fidesco, la organización católica de solidaridad internacional nacida en Francia y comprometida desde hace cuarenta años en el sur del mundo en apoyo de los más pobres a los que animó en su trabajo “realizado con ternura y misericordia, que nos hace crecer a nivel personal y eclesial”, dijo el pontífice.

La Federación Internacional para el Desarrollo Económico y Social a través de la Cooperación (Fidesco), es una ONG católica voluntaria, fundada por la Comunidad Emmanuel en 1981 y que actualmente opera en cuatro continentes. En una peregrinación en estos días a Roma, una representación de voluntarios y líderes fue recibida por el Papa, tras una visita a las tumbas de los Apóstoles que -como les dijo Francisco en su discurso de saludo- "nos permite que arraiguen mejor las acciones que realizas a diario en tu fe en Cristo muerto y resucitado y en el corazón de la misión de la Iglesia”. 

Un camino de "renovación espiritual con connotación penitencial cuaresmal" es el emprendido, como lo define Francisco, "que los hará todavía más entusiastas y alegres al servicio de los hermanos y hermanas del mundo".

Fidesco se especializa en enviar voluntarios católicos motivados por la fe y capacitados profesionalmente al sur del mundo, en respuesta a una necesidad o solicitud de la Iglesia, independientemente de la religión, etnia o cultura de origen y en diferentes sectores o en situaciones problemáticas, áreas como campos de refugiados o dispensarios. Y por eso se llama así: "fides-co", fe y cooperación.

Voluntarios en busca del bien de los demás
Hombres y mujeres, por tanto, en busca del "bien de los demás", hermanos y hermanas "más lejos, menos afortunados, más desfavorecidos, con menos oportunidades que tú, pero igualmente amados por Dios y dotados de dignidad". Así el Papa en su intervención, en la que se inspira varias veces en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, partiendo precisamente del concepto de que es amar y sentirse amado por Dios lo que provoca en nosotros el "deseo de tener en el corazón a los demás". 

Y el período de Cuaresma con su meditación sobre la Pasión de Cristo es -dijo Francisco- para este tipo de misión, "la fuente": es el crucificado quien vive en los pobres, los excluidos, los hambrientos, es él quien amó hasta el punto de darnos vida, salvándonos.

Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide tener la más mínima duda sobre el amor ilimitado que ennoblece a todo ser humano. Todo ser humano es digno. Todo ser humano es un hermano o una hermana para mí. Te invito, cuando estés en el corazón de tu misión, con tu relación personal con el Señor y con tu vida de fe, a mantener intacta la maravilla, la fascinación, el entusiasmo de vivir el Evangelio de la fraternidad. Lo necesitamos en los momentos más difíciles de soledad, desánimo, decepción.

Testigos de ternura y compasión por un mundo más bello
Ante este compromiso que marcó la vida de los voluntarios de Fidesco durante cuarenta años, el Papa agradeció por la misión encarnada con "ternura y compasión" y por el testimonio "dado a Cristo", y anima a todos a perseverar en este camino. construyendo un mundo más bello y fortaleciendo la edificación del Reino de Dios:

“Su acción solidaria está orientada al desarrollo integral de las personas, al cuidado no solo de sus necesidades materiales sino también de su integración social, su crecimiento intelectual, cultural y espiritual, dando a cada uno su propia dignidad”. 

“Los animo -expresó el Papa- a perseverar en este camino arraigado en la doctrina social de la Iglesia. Hoy es más importante que nunca que los fieles de Cristo sean testigos de ternura y compasión. Escuchar el grito de los pobres, dejarnos provocar por el sufrimiento de los demás y decidir ir lejos para tocar sus heridas -que son las heridas de Cristo- no solo nos permite participar en la construcción de un mundo más bello, más fraterno, más evangélico, que fortalece a la Iglesia en su misión de acelerar la instauración del Reino de Dios”.

La misión y el compromiso por el cuidado y el bien de los demás, como puede ser el trabajo en Fidesco, aunque sea temporal -observó finalmente el Papa-, tienen un efecto de "crecimiento personal" que es importante y es formativo para los más pequeños.

Los que están comprometidos con sus misiones encuentran no solo la oportunidad de abrirse al mundo y a la cultura, sino también encuentran un camino espiritual en respuesta al don gratuito de Dios. Una vez más, la oportunidad que ofreces, especialmente a los más jóvenes, de crecer en la fe y la humanidad merece gratitud.”+