Ángelus del Papa: "Abrir nuestros corazones al amor infinito de Dios"

  • 14 de marzo, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En la oración mariana del Ángelus de este domingo, el Papa llamó a no tener miedo de dejarnos "poner en crisis" por Jesús ya que, "es una crisis saludable, para que nuestra alegría sea plena".

Al rezar el Ángelus este domingo 14 de marzo, el cuarto de la Cuaresma, el papa Francisco reflexionó con la liturgia eucarística que comienza con la invitación: "Alégrate, Jerusalén...".

En este contexto, el Santo Padre explicó que la fuente de esta alegría proviene del amor de Dios, ese que "ha encontrado la cima en el don del Hijo a una humanidad débil y pecadora". 

El diálogo nocturno entre Jesús y Nicodemo es la esencia, dice Francisco: “Nicodemo, como todo miembro del pueblo de Israel, esperaba al Mesías, identificándolo como un hombre fuerte que juzgaría al mundo con poder. Jesús pone en crisis esta expectativa presentándose bajo tres aspectos: el del Hijo del hombre exaltado en la cruz; el del Hijo de Dios enviado al mundo para la salvación; y el de la luz que distingue a los que siguen la verdad de los que siguen la mentira”.

Sobre el primer punto, el Papa manifestó que “el texto alude al relato de la serpiente de bronce (cf. Núm 21, 4-9), que, por voluntad de Dios, fue levantada por Moisés en el desierto cuando el pueblo fue atacado por serpientes venenosas; quien había sido mordido y miraba la serpiente de bronce se curaba. Del mismo modo, Jesús fue levantado en la cruz y los que creen en Él son curados del pecado y viven”.

Luego, dijo que “Dios Padre ama a los hombres hasta el punto de ‘dar’ a su Hijo: lo dio en la Encarnación y lo dio al entregarlo a la muerte. El propósito del don de Dios es la vida eterna de los hombres. En efecto, Dios envía a su Hijo al mundo no para condenarlo, sino para que el mundo se salve por medio de Jesús. La misión de Jesús es misión de salvación, para todos”.

En el tercer punto, Francisco señaló que el nombre que Jesús se atribuye es "luz": “La venida de Jesús al mundo provoca una elección: quien elige las tinieblas va al encuentro de un juicio de condenación, quien elige la luz tendrá un juicio de salvación. El juicio es la consecuencia de la libre elección de cada uno: quien practica el mal busca las tinieblas, quien hace la verdad, es decir, practica el bien, llega a la luz. Quien camina en la luz, quien se acerca a la luz, hace buenas obras”.

El pontífice animó a los presentes a vivir plenamente durante la Cuaresma "acogiendo la luz en nuestra conciencia, en particular en el sacramento de la Reconciliación, para abrir nuestros corazones al amor infinito de Dios, a su misericordia llena de ternura y bondad".

"Así encontraremos el gozo verdadero y podremos alegrarnos del perdón de Dios que regenera y da vida", concluyó Francisco pidiendo a María Santísima que nos ayude a no tener miedo de dejarnos "poner en crisis" por Jesús ya que, "es una crisis saludable, para nuestra curación; para que nuestra alegría sea plena".+