Mons. Martínez celebra dos décadas como obispo de Posadas

  • 10 de marzo, 2021
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El prelado presidirá este miércoles la celebración eucarística por este aniversario en la catedral San José. Reseña del pastor diocesano con el espíritu de su lema: "Predicando a Cristo crucificado".

Monseñor Juan Rubén Martínez celebrará hoy, miércoles 10 de marzo, sus 20 años al frente de la diócesis de Posadas con una misa a las 20 en la catedral San José, de la capital provincial.

El Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya publicó una reseña breve de su ministerio episcopal en esta jurisdicción eclesiástica con el título “20 años predicando a Cristo crucificado”.

Monseñor Martínez iniciaba su ministerio en la diócesis de Posadas el 10 de marzo de 2001, tras ser puesto en posesión por el entonces nuncio apostólico monseñor Santos Abril y Castelló, acompañado de numerosos obispos de la región y del país. Luego de casi 7 años de servicio a la diócesis de Reconquista (Santa Fe) llegaba, con el lema “Predicando a Cristo Crucificado”, para asumir las funciones de pastor que le encomendó el papa Juan Pablo II. 

Entre sus preocupaciones más urgentes estuvo la atención de las parroquias y sus numerosas capillas mediante el número suficiente de sacerdotes y la adecuada formación del clero. Para ello resolvió promover las vocaciones sacerdotales y fortalecer el seminario diocesano Santo Cura de Ars con un renovado proyecto formativo y equipo de formadores y profesores preparados para una formación específica y de excelencia de los futuros sacerdotes, dotando además al seminario de la infraestructura edilicia necesaria.

Asimismo, en orden a promover la identidad del Pueblo de Dios y acompañar el proceso de conformación e integración en la unidad, animó el “Proyecto Loreto” con el fin de alentar la tarea de recuperar la memoria histórica de la primera evangelización y renovar las raíces de la fe cristiana. De este modo, se creó el Centro de Espiritualidad y Peregrinación de Loreto, constituyéndose la peregrinación anual a ese Centro desde parroquias y comunidades a partir de 2002 en un acontecimiento culminante de la vida diocesana.

Atento a las situaciones de precariedad y deficiente calidad de vida de tantas familias misioneras resolvió impulsar, a través de Cáritas diocesana, con la participación de parroquias, colegios y movimientos, el gesto cuaresmal del aporte del 1 % de los ingresos, con el propósito de destinar estos recursos a la mejora de viviendas; ya sea ampliándolas o arreglando sus techos y sanitarios. Esta Colecta, al presente continúa, con el apoyo y acompañamiento de la comunidad en general que valora su objetivo y la eficiencia de las acciones.

Con el fin de afianzar la obra educativa iniciada por monseñor Jorge Kemerer, y de atender a su complejidad en las situaciones actuales, creó la Vicaría para la Educación Católica (hoy Secretaría Episcopal de Educación Católica); acompañó la gestión de creación y ampliación de los diversos institutos con servicios, carreras, capacitación, etc. Particularmente alentó el espíritu de comunión y el acompañamiento a las instituciones educativas en la realización del proyecto educativo de la diócesis mediante la Junta de Educación Católica. Un comentario aparte merece su incansable gestión con el fin de crear la Universidad Católica de las Misiones, brindando un decidido apoyo y compromiso personal para el logro de este proyecto soñado por monseñor Kemerer, iniciado por la Fundación Jorge Kemerer y concretado en su realidad actual por monseñor Martínez con el aporte de profesionales, medios e instituciones privadas y estatales que la hicieran posible.

Entre otras cuestiones, es importante destacar la visión y actitud del obispo que, observando el crecimiento poblacional debido a las relocalizaciones y políticas que llevan a muchos a asentarse en la ciudad, y considerando de modo particular la creación de numerosos barrios de viviendas, organizó la atención pastoral mediante la creación de nuevas parroquias, replanteando sus jurisdicciones y disponiendo una mejor distribución del clero. Para ello, se fue afianzando el seminario diocesano y el obispo ordenó numerosos sacerdotes y diáconos permanentes, instituyó ministros, alentó la vocación y tarea de los laicos promoviendo su formación mediante la Escuela de Formación de Agentes de Pastoral y el Instituto de Teología y Pastoral.

Con motivo de los 50 años de la creación de la diócesis de Posadas, monseñor Martínez promovió la realización del Primer Sínodo Diocesano (2007) de tal modo que la diversidad de la Iglesia diocesana participe y ponga en común la riqueza espiritual y pastoral de quienes conforman la gran Familia/Pueblo de Dios al servicio de la evangelización, y se afiance el camino sinodal de comunión y participación. Para ir plasmando este espíritu de comunión se promovieron las realizaciones de las asambleas diocesanas y la conformación de los consejos pastorales parroquiales.

Entre otras acciones destacadas en su ministerio pastoral se encuentra también su decisión de que la solemnidad del Corpus Christi se realizara de una manera festiva, pública y comunitaria en la ciudad de Posadas, participada por parroquias, colegios e instituciones.

Asimismo, teniendo en cuenta la diversidad de comunidades, situaciones y realidades en la diócesis, con el fin de una mejor atención pastoral de los fieles, promovió la creación de la diócesis de Oberá y acompañó a su primer obispo, monseñor Víctor Arenhardt, en el inicio de su gestión pastoral.

Llevó adelante estas valiosas acciones enumeradas con fuerza y entusiasmo, sin dejar de atender su responsabilidad propia de pastor y obispo de una Iglesia que vive intensamente, demandando la presencia y acompañamiento del obispo en tantos proyectos y acontecimientos, como en áreas, y actividades propias de una Iglesia con una gran riqueza por la diversidad de servicios en la evangelización y la caridad.

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