El Papa agradece al líder chiíta que haya alzado su voz por los perseguidos

  • 6 de marzo, 2021
  • Najaf (Irak) (AICA)
Francisco se trasladó a la ciudad de Najaf, al sur de Bagdad, para encontrar al Gran Ayatollah Al-Sistani, la principal autoridad religiosa chiíta en Irak. Alentó a la amistad entre las religiones.

En el inicio del segundo día de su viaje apostólico a Irak, el papa Francisco voló a la ciudad de Najaf para una reunión privada con el Gran Ayatollah Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani en su residencia. Antes de reunirse con el Gran Ayatollah, el pontífice fue recibido por su hijo Mohammed Rida.

Durante la visita de cortesía, que duró unos 45 minutos, el Papa destacó la importancia de "la colaboración y la amistad entre las comunidades religiosas para que, cultivando el respeto mutuo y el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de toda la humanidad".

El encuentro fue una oportunidad para que "el Papa agradeciera al Gran Ayatolá Al-Sistani porque, junto con la comunidad chiíta, ante la violencia y las grandes dificultades de los últimos años, ha alzado su voz en defensa de los más débiles y perseguidos, afirmando el carácter sagrado de la vida humana y la importancia de la unidad del pueblo iraquí".

Al despedirse del Gran Ayatolá, el Santo Padre reiteró "su oración a Dios, Creador de todo, por un futuro de paz y fraternidad para la querida tierra de Irak, para Medio Oriente y para el mundo entero".

La ciudad de los chiítas
La ciudad de Nayaf se encuentra a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, a 30 kilómetro de la antigua Babilonia y a 400 km. al norte de la ciudad bíblica de Ur. Fue fundada en el año 791 d.C. por el califa Harun al-Rashid, y su desarrollo tuvo lugar principalmente después del siglo X.

Nayaf es el principal centro religioso chiíta de Iraq y un destino de peregrinación para chiíes de todo el mundo. También alberga la tumba de una de las figuras más veneradas del Islam, Alí ibn Abi Talib, también conocido como Imam "Al", primo y yerno de Mahoma y primer hombre que se convirtió al Islam.

La tumba del primer imán de los chiíes, situada en el interior de la mezquita del Imán "Al", se considera uno de los lugares más sagrados del Islam, y se encuentra cerca del centro de la ciudad.

Además de las mezquitas, los santuarios y las escuelas religiosas, la ciudad santa del chiismo iraquí es conocida por el cementerio de Wadi al-Salam.

La residencia del Gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani se encuentra cerca del santuario del imán "Ali" o mezquita del Imám "Al", que es considerado por los chiíes como el tercer lugar sagrado del Islam después de La Meca y Medina. La mezquita fue destruida y reconstruida varias veces a lo largo de los siglos; la última reconstrucción, iniciada en 1623, se terminó en 1632.+