Mons. Buenanueva pidió que la luz de Jesús "nos transfigure el corazón"

  • 3 de marzo, 2021
  • San Francisco (Córdoba) (AICA)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió en el periódico "La Voz de San Justo", sus reflexiones sobre el Evangelio dominical.

Con el título "Del desierto a la montaña", el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, dedicó su reflexión del domingo a la escena evangélica de la Transfiguración del Señor.

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús", citó el prelado.

Al respecto, repasó: "El pasado domingo íbamos con Jesús al desierto. Hoy nos sumamos a Pedro, Santiago y Juan que, con Jesús, suben a la montaña. Si el desierto es lugar de prueba, la montaña lo es de la revelación de Dios. Allí, con el horizonte infinito del cielo, el Dios vivo se da a conocer, se muestra, sale al encuentro, busca a sus amigos".

"Por eso, en la montaña santa, el Padre nos revela a Jesús. Nos permite contemplar su misterio: él es el Hijo muy querido, el profeta que ha de ser escuchado. Hijo amado, Palabra de vida y mano tendida que busca la reciprocidad de sus hijos: amistad y alianza".

"Estos mismos discípulos serán también testigos de su humillación: lo verán en la cruz, aparentemente derrotado por sus enemigos. Sin embargo, no deben dejarse ganar por la desesperanza. La verdadera y definitiva transfiguración del Señor será su pascua: la muerte dará paso a la vida, la humillación a la resurrección", destacó.

"Cada año, en este segundo domingo de Cuaresma, la liturgia nos propone el misterio luminoso de la transfiguración del Señor. Y lo hace para animarnos a la esperanza en medio de las dificultades de la vida", consideró monseñor Buenanueva, invitando a los fieles a orar. "La oración es diálogo de amistad con Aquel que sabemos que nos ama, diría santa Teresa de Jesús, que de oración, amor y encuentro sabía… y mucho".

"Te comparto esta oración que podés hacer tuya, completándola también con tus propias palabras: 'Señor Jesús, como a Pedro, Santiago y Juan, tómanos de la mano, llévanos contigo al monte santo y transfigurate ante nuestros ojos. Que tu luz divina pase a través de tu santa humanidad y nos transfigure el corazón. Amén'".+